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martes, 28 de junio de 2011

Saga "La Mediadora, El Comienzo" Capitulo 36: Odio las visiones

Siento la tardanza y pido mil perdones. Estábamos en casa de limpieza general y pintando paredes cuando recibimos la llamada que llevábamos tiempo esperando para que operaran a mi marido. Como decimos aquí, nos pilló el toro con la casa patas arriba, y entre la operación y poner todo de nuevo en su sitio no he parado para escribir. Espero que os guste el cap. Besitos.



Capitulo 36: Odio las visiones
Pese a que creí que mi vida había terminado todavía respiraba. Tal vez hubiese sido mejor estar muerta porque el dolor tan intenso por todo mi cuerpo era insoportable. Por unos largos minutos no reconocí donde estaba, ni cómo había llegado allí ni tan siquiera porqué todo me dolía… por unos interminables minutos, luego los recuerdos llegaron de golpe y la rabia fluyó por mi cuerpo dolorido. Los ojos me escocían del coraje, en esos momentos no debían de ser rojos como siempre, si no parecer dos ascuas bien prendidas. Juré con el poco aliento que conseguí reunir que si salía de esta iba a hacer sopa de picadillo con Jacob. Hurgué por mi cuerpo en busca de mis armas y debían de haberme registrado porque no quedaba ni una sola. Suspiré entrecortadamente, si tan sólo pudiese pedir ayuda… El sabor metálico a cobre sobre mis labios era solo un recuerdo más de la paliza. Por instinto relamí mis labios y degusté mi propia sangre ya seca y con asombro debo decir que me gustó, fue algo así como una pequeña recarga en mi batería interior y quise incorporarme. Armándome de valor conseguí apoyar las palmas de mis manos sobre el suelo y erguirme un poco imitando una flexión. Bueno esto iba bien, ahora a intentar levantar el tronco y sentarme. Tras cinco minutos conseguí permanecer sentada apoyándome sobre una fría pared y eché un vistazo a mi alrededor. La habitación permanecía a oscuras pero como siempre había tenido buena vista podía ver todo, supongo que es uno de los pequeños lujos de ser una humana mestiza, o vampi-humana o como me gusta llamarme, ser la hermana blanca de Blade.
Estaba en una habitación pequeña que apenas llegaría a los nueve metros cuadrados. En la pared frente a la que yo estaba usando como soporte pude ver una mesa bastante grande que ocupaba dos tercios del muro y una taquilla metálica muy ancha, a su lado tenía un lavabo y un frigorífico. Algo en la habitación me decía que era extraña, como si algo no encajase. Normalmente tengo buen instinto así que fui gateando hasta allí para investigar y usando el asidero de la puerta del Frigo conseguí levantarme. Fue bastante lento y pesado, pero lo conseguí. La cabeza estuvo dándome vueltas un minuto hasta que me estabilicé y mi cuerpo seguía lento y cansado, pero nada como conseguir alzarme para hacerme sentir mejor.
Cogí el tirador de la puerta del frigorífico pero no se abrió. Me enfoqué un poco más en la puerta y vi que tenía un candado. Probé en la taquilla y tampoco tuve suerte, también estaba cerrado. El lavabo tampoco tenía nada. Menuda mierda… pensé en que mejor me iba a la mesa y me tumbaba sobre ella a esperar a que algún hijo de puta viniese a por mí cuando todo terminara, siempre sería mejor que estar en el frío suelo. En las pelis siempre encuentras algún objeto de última hora que te sirve para escapar, pero esto es la vida real y aquí no hay nada.
Con un pequeño saltito apoyé mi culo sobre la mesa y mis pies quedaron colgando. Era un a mesa demasiado alta y daba una sensación al tacto muy fría, como si fuese hecha de acero o un material similar. Roté mi cadera hacia la pared tratando de tumbarme y noté algo medio húmedo- medio reseco en la palma de mi mano cuando cogía la posición adecuada para echarme hacia atrás sobre la espalda. Con el dedo índice y el pulgar masajeé aquello intentando adivinar qué era porque mi vista era superior pero no daba para tanto. Al contacto con mi propio calor y el roce percibí el olor, era sangre. ¿Qué coño hacía eso allí?, quise preguntarme, pero no tuve tiempo. La neblina que me llevaba a otro momento anterior me cubrió y mis ojos se cerraron. Esto no me iba a gustar…
Estuve a la deriva completamente ciega durante algunos minutos. Conseguí abrir los ojos y fue la peor decisión de mi vida, estaba mareada, la cabeza me daba vueltas y mi cuerpo era tan pesado que apenas podía moverme. Una tortuga podría hacerlo a más velocidad que yo. Levanté mis manos intentando frotar mis ojos para aclarar mi visión pero el olor a quemado y el escozor sobre mis muñecas hizo saltar mi alarma. Ignoré el dolor y acerqué mis dedos lo más que pude hasta que comprobé que estaba atada con cadenas de plata a la mesa. Pensando sobre qué cuerpo había ocupado temporalmente y teniendo hechas algunas conjeturas toqué con la yema de mis dedos sobre mis dientes y tal como había supuesto mis colmillos sobresalían.
Giré mi cabeza para verificar la habitación que al contrario de cómo estaba en mi tiempo presente ahora se veía bien iluminada. Todo estaba igual a excepción de que también había una videocámara colocada sobre un trípode apuntando directamente a mí. En ese preciso instante la puerta se abrió y entró Jacob acompañado de dos personas más.
-Hola Martin, por fin despiertas.
Como siempre que le daba la gana mi cuerpo anfitrión comenzó a moverse ajeno a mi voluntad. Martin miró fijamente hacia Jacob y le siseó.- ¿Por qué me colocaste unos grilletes?
Jacob le palmeó en el hombro y expuso la que supondría era su mejor sonrisa falsa- Ha sido por tu bien y el nuestro. Como estábamos experimentando con el láudano no sabíamos como iba a reaccionar tu cuerpo con el fármaco y decidimos atarte por nuestra propia seguridad.
-¿Y bien?-Dije en un tono agrio por el que Martín dejaba ver que no estaba a gusto con la posición en la que era mantenido sobre la mesa. Qué extraño se me hacía saber que estaba moviendo la boca y la voz que salía no era la mía, nunca me acostumbraré a ello.
-El resultado ha sido excelente. Se necesitó una dosis extremadamente alta para conseguir debilitarte por completo pero con el tiempo conseguiremos algo más concentrado y difícil de detectar. También hay que tener en cuenta que tu edad es demasiado joven para sacar conclusiones definitivas, pero es un gran paso. Cuando consigamos algún ejemplar con más años haremos nuevas pruebas.
-No recuerdo bien cuantos vasos de sangre me diste a probar, pero recuerdo que en los tres últimos noté un regusto extraño.
Uno de los acompañantes se acercó hasta la taquilla y abrió la cerradura con combinación. Me esforcé en alargar mi cuello con precaución y conseguí avistar los números, 3479. Abrió la puerta y pude ver que el armario estaba lleno de utensilios de enfermería: vías, agujas, bolsas, guantes, bisturís… cogió una bolsa, un tubo y una vía y se las dio a Jacob que volvió su atención de nuevo a mí, o sea, a Martin-Eso es lo que tenemos que conseguir que no se note para cuando regreses de nuevo a la mansión. Ellos no deben notar nada extraño en el sabor. Ahora voy a sacarte sangre y hacer nuevas pruebas.
-¡Joder! ¿No sacaste ya suficiente mientras me drogabas como para tener que hacerlo de nuevo?
-Cada una ha tenido un resultado diferente. Además, ¿qué le puede suponer un pinchazo más o menos a un vampiro? Lo único malo es que debo sacarte la sangre mientras estás despierto, si no se queda coagulada y permanece así hasta que despiertas. Por fuerza debes notar el dolor.
-Si fueses cuidadoso no sería nada, pero tú lo haces con mala idea y aunque ahora sea un vampiro duele bastante. ¿Que tenga más fuerza y aguante no significa que en algún momento no pueda doler tanto según como tu vayas a inyectar la aguja! ¿Qué diría el reverendo si viese lo que estás haciendo con un hermano que ayuda en la causa?
-Shhh… será la última vez, lo prometo.- e inyectó la vía sobre la parte interna del antebrazo. Tal y como advirtió Martin dolió como el infierno y Jacob sonrió, estaba disfrutando de ver la cara de dolor del vampiro.- Tú deja a Kern la parte política y déjame a mí que consiga su camino despejado para conseguirlo.
Los minutos pasaban lentamente entre el dolor por culpa de la vía y de mis muñecas y el mareo procedente de la droga que portaba en mi cuerpo. Cambiaron tres veces la bolsa llena con la sangre de Martin y los efectos de la falta de ella en las venas iban sustituyendo al láudano perdido. El mareo desaparecía pero el cansancio me llenaba y era muy parecido al que yo sufría por mi misma en el presente. Iban a colocar la cuarta bolsa y Martin por fin habló.
-Jacob, ¿qué estás haciendo? ¡Para o conseguirás desangrarme!-Siseando Martin tironeó de las cadenas intentando soltarse consiguiendo solo que el nivel de dolor aumentara para ambos. ¡Joder, lo que daría yo ahora mismo por no estar aquí! ¿Por qué demonios tenía yo que revivir esto? ¿Qué finalidad?
Una carcajada maliciosa resonó en la habitación mientras colocaba la cuarta bolsa en su lugar y apretaba un poco más la aguja para provocar mayor dolor en el brazo- ¿De verdad creíste que tú no terminarías como los demás? Ahora eres uno de ellos y no puedo dejarte libre, Martin.
-¡Lo hice porque tú me lo pediste! ¡Tú pediste un voluntario para infiltrarse entre los vampiros!- gritó asustado, ya sabía cual iba a ser su destino y yo iba sabiendo cosas que me dejaron helada.- ¡Tú me necesitabas para saber sobre ellos y cómo matarlos!
-Y la causa agradece tu ayuda para saber como podemos atraparlos, pero todos sabemos que lo que te impulsó a dejarte convertir en un monstruo fue el cáncer que padecías. Ahora que estás sano, ¿quién dice que cuando consigamos eliminar a toda esa escoria terminarás por eliminarte también a ti mismo? Yo no lo creo, ahora bebes y cazas igual que ellos, eres uno de ellos, ¡eres un monstruo!
Martin lloró lágrimas de sangre e imploró por su no-vida. Nada de lo que dijo cambió la actitud de Jacob. Él era un monstruo y no los vampiros. Los que lo acompañaban sacaron del armario metálico varias probetas y sustancias en las que iban vertiendo pequeñas cantidades de sangre vampira. Algunas reaccionaban al mezclarse y se prendieron. Otras se ennegrecieron pero no supe adivinar qué significaba. Otras no mostraron nada. El vampiro intentó negociar en un último esfuerzo por salvarse con información concerniente a los vampiros de Indiana, explicando la reciente llegada de la Riath a la mansión del maestro de allí y de la animosidad de un vampiro llamado Lucius sobre el maestro de Illinois. Martin sabía de una trampa que Lucius tramaba para sacar a Constantin Dinescu de su territorio e intentar acabar con él. Eso llamó la atención de Jacob que paró de aguijonearlo con la aguja y le instó a que le contara. Se negó a hacerlo si no le soltaba y Jacob explotó en ira, sacó un frasco lleno de plata líquida y tras rasgarle la camisa vertió unas gotas sobre su estómago. La carne de Martin humeó por la quemadura y gritó en agonía. Yo no podía soportar más el compartir aquel dolor y recé por salir de aquello, pero continué allí sin poder hacer nada.
-Ahora me vas a contar todo lo que sabes o te juro que antes de morir sufrirás una tortura como nunca has visto antes. Tú decides, o hablas y termino rápido contigo o lo hacemos de la forma que me hará disfrutar más.- dijo vertiendo nuevamente un poco más de plata.
Martín al final contó todo: había trazado buena amistad con Lucius por ser uno de los antiguos y pensando en que podría sacarle más información y éste al final lo metió en la operación contra Dinescu. Como vivía en Chicago pensó que era un buen enlace para meter a sus aliados en la ciudad sin levantar sospecha. Uno de los contactos que ya estaban en Chicago era Margot, que trabajaba como infiltrada en la mansión haciendo de puta de Constantin a la espera de que o él o Moretti al final la convirtiesen en vampira. Margot le había contado en una de sus reuniones para informar de lo que hacían en Chicago que a ella le daba igual quien llevara a cabo su conversión mientras consiguiera su objetivo, pero que sentía devoción por Lucius. ¡Ya sabía yo que esa perra era una chalada hija de puta que me daba mala espina!
Por lo visto el plan era meter a Bernie Prescott en la ciudad con una cautiva- en este caso Gina Banks- y dejarse atrapar por Constantin para provocar un juicio en Indianápolis acusándolo de secuestro e intromisión en territorio de otro maestro vampiro. Cuando estuviesen allí lo acusarían de traición haciendo que Margot confirmase que era Dinescu quién había preparado el rapto para derrocar a Moretti haciendo que fuese ejecutado por sentencia de Kareemah. Todo un plan retorcido propio de la mentalidad de un vampiro sediento de venganza. En todo esto Moretti iba a apoyar a Lucius con tal de conseguir que le diesen también Illinois para gobernar. Cuando Martin terminó de contar lo que sabía se quedó mirando a Jacob esperando por lo que le fuese a hacer.
-Sabes, esto nos puede venir muy bien para nuestra causa. Será un momento perfecto para eliminarlos a todos cuando estén reunidos en Indiana. ¿Cuándo van a hacer todo esto?
-Está en marcha. Prescott tuvo encerrada a la famosa bailarina en un piso que tengo y ya fue atrapado por Dinescu, aunque escapó. Pronto llamarán para decir que lo atraparon y hacerle ir allí.
-Bien, entonces debemos colarnos en los principales negocios de Dinescu y poner algunos micrófonos para que sepamos cuando partirá. El muy estúpido sigue pensando a veces como un humano y no toma tantas precauciones como hacen los demás vampiros de alto rango. Será pan comido y aprovecharé para hacer algunos destrozos en nombre de nuestra causa.
-¿Qué harás conmigo?- preguntó temeroso.
-¿Qué qué haré? Mmm… déjame pensar… ¿Matarte? No creo que tengas ya nada que pueda servirme y has demostrado que traicionarías a cualquiera con tal de salvar tu culo y tus colmillos. Eres basura, Martin.- dijo cogiendo una estaca y acercándose de nuevo a él. Justo cuando creí que nos mataría a los dos ya que mi espíritu también estaba allí en ese momento, Jacob pareció pensárselo mejor y volvió de la taquilla con algo parecido a una navaja grande y una sierra- Creo que al final sí servirás para algo más en nuestra causa. Voy a cortarte en pedacitos para comprobar si después del cambio de humano a vampiro el cuerpo es exactamente igual o varía. Siento curiosidad por comprobar cómo la sangre os mantiene.
-¡Noooooo!
¡Dios, Jacob está loco! Un temor me inundó, no sabía cómo salir de allí. Estaba tan cansada, nerviosa y bloqueada que no conseguía concentrarme para querer estar de nuevo en el presente. Probé a chillar, probé a patalear pero nada servía, seguía viendo a Jacob acercarse a mí. Me pregunté a mí misma donde estaban todos, Donovan, Mina, Kane, Dinescu, mi abuela… quería que en esos momentos hubiese alguien conmigo para ayudarme a escapar. Entonces escuché una voz lejana.
-Evelynn, ven. Vuelve a mí, te necesito. Despierta.
No reconocí la voz pero me calmé lo suficiente como para volver a escucharle hablarme.
-Evelynn regresa. Eres la única esperanza que tengo, ven.
La neblina me envolvió en el momento justo que Jacob se lanzaba con el cuchillo sobre Martin e hice ademán de respirar con mi espíritu incorpóreo. De nuevo escuché la voz.
-Evelynn, necesito ayuda. Por favor, frumos. Búscame.
Por fin reconocí la voz. Me estaba llamando Constantin.

2 comentarios:

  1. Hola guapa!, pasaba a saludarte y desearte un lindo día y de paso invitarte a participar en el concurso k acabo d organizar. Podrás ganar un maravilloso libro romántico paranormal y las bases para participar son muy sencillas!. Si t gusta escribir, k te lean, valoren y darte a conocer un pokito más, a k esperas?.

    Te espero en el Club De Las Escritoras, feliz día!!!

    P.D.: También estamos de votaciones en el reto, tejiendo un cuento... dejas el tuyo?. Gracias!!!

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  2. hey! pasaba para saludarte! espero leer el proximo cap pronto!! se ve que va a hacer buenooo!! un besote!

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