Capitulo 29
Por fin llegaron a la maldita puerta que separaba las mazmorras del resto del castillo. Se abrió con un finísimo chirrido que las dejó sobresaltadas aunque supiesen que el guardia estaba bien dormido. Pensaban que darían directamente con las celdas, pero lo que encontraron fue unas grotescas y sucias escaleras en semipenumbra. Bajaron con cuidado, conteniendo la respiración.
Al final de los escalones el pasadizo se ensanchaba en una especie de placeta subterránea bastante grande, con una mesa grande de madera en el centro donde reposaba un cubo de agua y un cazo para dar de beber. A un lado había un par de celdas enrejadas donde eran visibles cinco hombres bastante esqueléticos que nada más verlas clamaron piedad para ser liberados y tuvieron que pedirles que dejaran de gritar para no ser descubiertas.
-Por lo que me dijo el jefe de cocina, desde que Oliver está al mando ha sido cuando las celdas comenzaron a usarse. Mientras el rey Faulo estuvo reinando no hicieron falta jamás.- susurró April.
Giselle la estaba escuchando pero no aminoró su paso para acercarse a la pared opuesta donde había tres puertas cerradas con candados, cada una de ellas con una pequeña ventana enrejada. Se asomó a la primera y distinguió la silueta de un hombre atado con cadenas a la pared. Llamó a Valiant por si era él, pero cuando el hombre levantó la cabeza y ella apuntó hacia su rostro con la linterna que portaba se estremeció. Era Optimus, con tan solo unos pantalones raídos como atuendo y el pecho lleno de latigazos sangrantes. Optimus se sorprendió al verla por el ventanuco y musitó algo como “debo estar teniendo alucinaciones”. April se acercó enseguida y abrió la puerta. Con la llave maestra que cogió de un pilar consiguió abrir las cadenas y liberarlo. Al instante Optimus cayó desplomado pidiendo agua.
Giselle la dejó atendiéndolo y se encaminó hacia la siguiente puerta dispuesta a abrirla sin mirar por la ventana, estaba segura de que allí lo encontraría.
Y no sólo estaba él, tendido sobre una mesa de torturas con varios cuchillos de plata clavados en las extremidades y atado de pies y manos, si no que Savage estaba atado a la pared de la misma forma que lo había estado Optimus. El pobre no paraba de tratar de romper sus cadenas para poder alcanzar a Valiant y liberarlo.
Avanzó despacio, totalmente consternada por su aspecto. Lucían algo más delgados pero Savage estaba en mejor forma, claro que él no estaba perdiendo sangre de la misma forma en que lo hacía Valiant. Con sumo cuidado fue quitando los cuchillos y Valiant elevó la vista hacia ella, sus ojos estaban entrecerrados pero cuando consiguió enfocarlos hacia ella sonrió.
-Debo estar soñando. El dolor desaparece de mis manos y pies. Mi amor, soñar contigo me alivia el dolor.- Y se desplomó.
A Giselle le entró el pánico pensando que había llegado tarde y estalló en llanto. April ya había alcanzado a Savage Y lo mantenía sentado sujeto a su hombro para darle agua y algo de comer de la mochila que portaba. Pasaron unos minutos mientras Savage se alimentaba ávidamente. Su rostro fue cambiando de un aspecto blanquecino grisáceo a uno dorado y sonrosado, muy sano. Al terminar indicó a April con la mano que esperase y se levantó muy despacio, como si aunque hubiese recuperado su aspecto fornido todavía no estuviese completamente bien. Se acercó hasta Giselle y le puso una mano en el hombro para calmarla.
-No te preocupes, no le pasa nada muy grave.- su voz estaba ronca por la cantidad de gritos que había estado dándole a Valiant para mantenerlo despierto.- Conseguiste sacarle los cuchillos y eso es lo importante.
Ella se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y lo miró- ¿Estás seguro? Sus heridas no paran de sangrar. Quizás lo haya hecho mal sacándoselos, podría morir más rápido por culpa mía. Las heridas que tiene en el pecho y el costado están más débiles, pero las otras no.
-Desde que nos capturaron ha estado con los cuchillos clavados en las extremidades. Son de plata y son muy perjudiciales para los de nuestra especie, por eso tarda tanto en que cierren. Oliver es muy retorcido a la hora de buscar cómo hacer daño. Quizás pueda ayudar de alguna manera y consigamos salir pronto de aquí. Todavía estoy muy cansado para intentarlo, pero es lo único que se me ocurre para curarlo.- miró primero a April y luego hacia ella mientras se apartaba un poco para tener espacio- No os asustéis por lo que vais a ver ahora, aunque creo que después de haber llegado hasta aquí debéis de saber lo que somos, después de todo.
Sin esperar a que ellas reaccionaran, Savage inspiró fuertemente y comenzó a transformarse en lobo. Tardó más que de costumbre, pero al cabo de unos tres minutos en vez de la silueta de un hombre había un hermoso y gigantesco lobo de pelo cobrizo muy espeso y brillante. Se acercó despacio hacia Valiant y le dio con el hocico en una mejilla mientras daba pequeños gemidos. Valiant continuó sin reaccionar, así que se dirigió hacia las heridas que tenía por todo el cuerpo y fue lamiéndolas una a una, demorándose más en las de las extremidades.
Fue asombroso, conforme lamía las heridas se iban cerrando, pasando de ser graves a simples cicatrices que tras unos cuantos lengüetazos más quedaron sanadas completamente. Un color ligeramente más oscuro era la única señal de que allí habían estado.
Cuando terminó cayó a un lado al lado de él y volvió a transformarse de nuevo en humano. Respiraba entrecortadamente y temblaba. Subió la cabeza para poder mirar a Valiant y sonrió al ver cómo su pecho subía y bajaba a un ritmo normal.- Nuestra saliva es curativa cuando no estamos en forma humana, se curará.
April se apresuró a acercarle una manta para paliarle los temblores. Como si hubiese encendido un interruptor, Savage la cogió desprevenida y la tiró encima de él para besarla y poder acariciarle todo el cuerpo.
Giselle estaba cohibida y sorprendida a la vez. Sorprendida por la rápida sanación de las heridas y cohibida porque el muchacho se había olvidado de que estaban acompañados.- Savage, ¿podrías dejar las celebraciones de pareja para cuando hayamos salido de aquí y consigamos derrotar a Oliver?
Paró en seco, pero con una sonrisa pícara.- Perdóname, no trato de ruborizarte, sólo seguía mi instinto. La transformación ha terminado con las pocas energías que me quedaban y la manera más rápida de recuperarnos es… a través del sexo.- Giselle se ruborizó- No te miento, eso es natural para nosotros.
April tironeó de Savage para levantarlo- Si eso que dices es verdad, ven. Vamos a buscar un sitio apartado y concederte una sesión completa de recuperación. Necesitamos a todos los soldados posibles en buena forma, y luego pelearemos contra Oliver.- Miró hacia Giselle y su rostro volvió a ser un poco triste.- No te preocupes Gis, volveremos enseguida. Tenemos que llevar a Valiant a algún sitio seguro para que se cure y luego iremos a unirnos con Wolfgang para la batalla.- Y se fueron de la habitación para buscar un lugar apartado sin darle tiempo a reaccionar.
Giselle estaba impactada. ¿Cómo se podía pensar en sexo con una batalla a punto de empezar, un general esperando la señal y cientos de hombres ávidos de un buen enfrentamiento por su rey? No tenía respuesta. Se acurrucó junto a Valiant, apoyando su cabeza sobre su pecho para poder escuchar su respiración y tranquilizarse. Si respiraba quería decir que podía sanar. Pasó su mano lentamente por el pecho de él y por el oído que tenía pegado a su cuerpo sintió cómo el corazón se le aceleraba. Paró la mano y poco a poco los latidos se normalizaron. Volvió a acariciarlo y pasó de nuevo lo mismo. ¿Y si Savage le había dicho la verdad? Se alzó un poco más sobre él y rozó sus labios con los de él en un lento y sensual beso. Tras medio minuto así Valiant respondió con un casi imperceptible “Mmm...” porque le estaba gustando el roce. Quizás después de todo podría conseguir despertarlo con un poco de caricias. Se montó un poco más sobre él y lo besó más apasionadamente. Tenía que intentar cualquier cosa por él.
Ah! me eh estado mordiendo las uñas por este final, bueno para mi alivio por lo menos ya encontro a Valiant pero ahora tiene que despertar ^.^
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