Como si se tratasen de mis dos guardaespaldas, allí estaban los dos pimpollos esperándome en la recepción de la morgue, dándose ráfagas de energía y poder el uno al otro a través de la nebulosas a su alrededor. Quizás era demasiado pedir que mientras yo me “recomponía” se estuviesen quietecitos. Cogí aire fuertemente y lo expulsé despacio mientras pensaba en qué hacer.
-Vamos niños, ya se ha terminado el recreo. Os diré lo que queréis saber en la oficina y me dejaréis descansar en lo que queda de noche de vuestro rollito de machotes.
Donovan no dijo nada, asintió solamente y me hizo un gesto con la mano para que lo siguiese. Constantin por su parte no se movió, hizo una mueca con la cara, apuntándose a sí mismo y dando a entender que le había resultado divertida.- ¿Niño? ¿Yo? Tengo ciento...
Le corté en seco con un rápido gesto amenazador de mi ojos- Pues compórtate como tal o por lo menos como si tuvieses ya la mayoría de edad, resultáis agotadores. Lo único que quiero es salir cuanto antes de aquí y alejarme de todo este rollo fantasmal de la morgue. Si aparece un solo espectro más intentado mostrarme como murió te juro que vomito en tu preciada ropa de diseño.
Se enderezó un poco más- como si no fuese bastante tieso y erguido ya al caminar- y se arregló las arrugas imaginarias de las mangas antes de seguirme.
-Definitivamente vamos a tener que trabajar un poco más en tus modales, esta noche eres un poco más hosca que ayer.
-Mientras no me comporte como una mujer de las cavernas...- le contesté yo y me adelanté un poco más hacia Donovan para dar por zanjado el tema.
En el ascensor me puse tras ellos, no por temor a nada, si no más bien por poder repasar mentalmente todo lo que había visto a través de los recuerdos del cadaver y no tener luego que quedarme un rato más tratando de rememorar algo olvidado. Donovan me sacó de mi mente.
-¿Estás segura de que ya te encuentras bien como para describir lo que has visto?
Realmente se le veía preocupado, así que traté de tranquilizarlo y me encogí de hombros- ¿Qué más da si lo hago ahora o mañana?, al final tendré que hacerlo y prefiero sacármelo cuanto antes.
Por fin llegamos a la planta séptima. Caminamos hacia su despacho y Donovan nos ofreció pasar delante de él para poder cerrar la puerta y que nadie en la planta escuchase. La oficina era simple, sin muchos adornos. Varios archivadores metálicos rellenaban por completo una de las paredes. En una mesa auxiliar había una fotocopiadora con fax incorporado y al lado tenía una pequeño refrigerador. En la estantería detrás del escritorio pude distinguir una fotografía en la que se mostraba a un Donovan más joven vestido con el uniforme de graduación. Estaba retratado junto a los que supuse serían sus padres, porque el rostro del hombre era muy parecido a él, incluso me atrevería a decir que era un poco más alto. La mujer tenía definitivamente su mismo color de pelo y el mismo brillo en los ojos.
Nos sentamos en las sillas frente al escritorio. Donovan abrió el frigorífico para ofrecernos algo de beber. Desde que los vampiros estan dentro de la sociedad es muy normal que los lugares oficiales tengan bebidas envasadas para ellos, así que no me sorprendió que sacase un brick de sangre envasada y lo ofreciese a Constantin. Él le dio amablemente las gracias, tiró de una pequeña anilla y lo agitó para activar el sistema que lo calienta. Luego le colocó una pajita que llevaba adherida en un lateral y sorbió lentamente, con cara de “esto no es como lo que estoy acostumbrado a tomar pero no te haré un desaire”. Yo me negué en un primer momento pero ante la insistencia de Donovan tomé la lata de cola que me ofrecía y tomé un sorbo. Mi garganta tragó agradecida, no me había dado cuenta de que la tenía reseca hasta ese momento. Como si me hubiesen encendido un interruptor no me detuve hasta dejar sólo un par de tragos en la lata, lo que me valió una sonrisa por parte de Donovan mientras me ofrecía otra. No la cogí por temor a bebérmela del mismo modo y que al final se me escapase un eructo sin querer. Constantin estaría feliz de poder restregarme en la cara que de verdad necesito los modales más que respirar.
Tras coger un refresco de cola para sí mísmo se sentó frente a su escritorio y encendió el ordenador. Con un ojo en nosotros y otro en la pantalla para estar seguro de que no espiábamos tecleó su clave para entrar y navegó por sus archivos hasta abrir uno en blanco donde escribir todo lo que yo le dijese. Donovan me miró con aire solemne, más como un oficial y menos como el sobrino de la amiga de mi abuela.
-Creo que entenderás si no hacemos un atestado oficial, la ley que permite que se pueda usar el trabajo de cualquier medium, telequinético o persona con poder sobrenatural todavía no está aprobada en el senado.
-Algo he oido sobre eso, creo que se vota la semana que viene, ¿no?
-Sí, así es. Pero aún así no será oficial lo que resulte de la votación hasta un mes después. De todos modos yo estoy interesado. Todo lo que me ayude a hacer mi trabajo es bienvenido.
-¿Y si alguna vez te topas con un farsante?
-Lamentará haber tratado de engañarme. Créeme, con mi tía como Wicca viviendo en la casa de al lado toda la vida aprendes a distinguirlos. Unas veces te das cuenta en seguida y otras tardas un poco más, pero todo sale a la luz al final. ¿Comenzamos?
Cerré mis ojos para concentrarme. Tras un par de minutos organizando imágenes empecé a hablar.- No creo que pueda decirte mucho sobre cuantos eran y cómo iban vestidos porque tú mismo lo habrás comprobado en los videos de vigilancia. Lo que sí puedo decirte es que la mayoría de los que atacaron debían ser antiguos militares ya licenciados o retirados, quizás incluso algunos de ellos estén activos. Lo más seguro es que sean sicarios además de pertenecer a alguna banda de anti-vampiros. Tenían muy claro la mejor manera de acabar rápidamente con su objetivo y pude distinguir algo de uno de ellos, creo que era el que dirigía la operación. Era un varón de unos treinta años, metro noventa y ocho aproximadamente, de piel morena dorada parecida a la que puede tener alguien que lleve un mes de veraneo en la playa y que tenga facilidad para coger tono. De cabello muy oscuro y cuerpo fornido, posiblemente haga pesas o culturismo, le gusta cuidar su imagen, y tiene el tatuaje de un pájaro con garras en el brazo, un poco más arriba de la muñeca.- Cuando acabe de relatar lo que sabía abrí mis ojos para volver a la realidad.
Donovan me miraba boquiabierto- Recuerdo del vídeo todo lo que pudimos captar tras visionarlo. Si no recuerdo mal, en la morgue tocaste a la persona que fue la última en ser asesinada. Comprobé su historial y era un muchacho muy normal al que no le gustaba la violencia, precisamente me comentaron que se hizo donante de vampiros para tratar de encontrar a uno que fuese su protector. Esa noche luchó como un verdadero experto y fue el último por eso. ¿Cómo es posible y cómo recuerdas tantos detalles?
-A mí no me mires que no tengo ni puñetera idea de cómo se puede estar en un tiempo pasado. Por lo segundo rte recuerdo que soy periodista, es mi trabajo fijarme en ese tipo de detalles- dije yo.
Constantin hizo una tos ficticia para captar nuestra atención. Estoy muy segura de que era para eso desde que sé que los vampiros no necesitan respirar, mucho menos toser para aclararse la garganta.- ¿No se os ha ocurrido pensar que quizás la señorita aquí presente estaba también durante el asesinato?
Donovan y yo nos miramos y luego volvimos hacia él- Imposible ¿Cómo voy a estar en dos sitios a la vez? Eso ocurrió en la madrugada del domingo al lunes y yo estaba con mi abuela en Nueva Orleans. Y para colmo yo no he presenciado esto hasta que lo toqué siendo fiambre.
Constantin se acercó hacia mi rostro con un brillo especial en los ojos, un remolino rojizo asomando levemente por ellos quizás como señal de que le resultaba llamativo algo de mí. Sus colmillos descendieron un par de milimetros escasos y sin girarse hacia la mesa lanzó el brik de sangre vacio a la papelera. Mate de tres puntos.- Frumos, ¿tengo que recordarte que estoy seguro que eres una mediadora? Nada es raro viniendo de ti.
Su mirada era tan libidinosa que no la sostuve mucho tiempo. Era como apreciativa hacia mis virtudes recién descubiertas, todo ese arsenal de poder que él había encontrado en mí. Decidí seguir con lo que estaba haciendo, enfocándome en Donovan para olvidarme de que él seguía en la misma posición sin apartar la vista de mí y haciendo caso omiso a que no estabamos solos él y yo.- Creo que no puedo decirte más. Si como aquí propone Constantin el muchacho peleó gracias a mí, por lo menos tienes una pista sobre uno de ellos que quizás en los vídeos no hayas visto.
-Para cuando mató al muchacho, la posición de las cámaras no era muy buena para captar pistas, me alegro de haber hablado contigo. Por lo menos hay una pista inportante que investigar, muchas gracias Evelynn.
Coloqué la lata vacia en la papelera de reciclaje que había junto al escritorio y Constantin y yo nos despedimos para marcharnos de allí.
La sensación de silencio invadió el ascensor por completo. Yo mantuve mi mirada un poco inclinada hacia el suelo para no dar lugar a una conversación en aquel recinto cerrado. Necesitaba el silencio completamente para no pensar en lo que había vivído. Todavía no sabía cómo había sido capaz de aguantarlo. Es cierto que mi abuela puso todo su empeño en hacer de mí una persona fuerte, valiente y de gran resistencia a las situaciones más inusuales, pero para esto creo que nunca se está preparada.
Cuando alcanzamos la calle Constantin no se pudo contener más para hablar conmigo- Estoy muy agradecido de que estés ayudando a aclarar qué pasó con mis empleados y clientes. No dudo del buen trabajo de Donovan, pero siendo un tema sobrenatural es mejor que sea investigado por gente como nosotros, no simples humanos.
-Donovan no es un simple humano,- reproché yo- aunque debo reconocerte que la mayoría de los que le acompañan sí lo son.
-¿De verdad necesitas descansar hoy?
-¿Tú que crees? Yo no estoy acostumbrada a este tipo de cosas, tú quizás sí, pero definitivamente yo no. Y lo que vi a través del fiambre se llevó todas las energías que tenía.
-¿Quizás un poco de diversión podría animarte?- la cara que le dediqué le hizo cambiar de opinión- ¿mejor un paseo relajante por la ciudad? Déjame sorprenderte.
En una milifracción de segundo Constantin estaba tratando de elevarme para llevarme hasta donde estaba aparcado el coche en brazos. Horrorizada comencé a forcejear para poder bajarme de sus brazos- Si esto te parece divertido te equivocas no estoy tan cansada como para necesitar que me lleves recargada en tus brazos. ¡Suéltame o empezaré a gritar tan fuerte que tendremos a la poli aquí en nada y ni siquiera Donovan te podría librar de una nochecita entre barrotes de plata!
-Ya hemos llegado, no hace falta que grites- me dijo divertido.
En lo que había yo estado protestando él me había llevado hasta el parking. Me apeé de su cuerpo tratando de ser lo más digna posible ante la mirada indiferente de Mei Ling. -¡Si vuelves a tratar de cargarme así sin mi consentimiento te juro que te estaco!
La asiática ya estaba agarrando su katana para cuando terminé la frase pero Constantin levantó un poco la mano y la detuvo. Ella se giró hacia él y se miraron mutuamente sin hablar en una conversación privada. Mei Ling volvió a embutir el trozo de hoja afilada que ya tenía a medio desenvainar y se sentó en los asientos traseros del coche después de decir algo en otro idioma que no pude entender.
-¡Jódete!- le dije sin mirarla por si acaso me había maldecido. Abroché mi cinturñon de seguridad y pasé todo el camino hacia la mansión mirando por el cristal en mi lado.
Mei ling se alejó nada más pisar el garaje hacia el interior de la mansión y Constantin me acompañaba muy observador.
Quizás fuese porque de verdad estaba cansada o porque mi mente estaba produciendo poca energía que cuando alcancé el precioso jardín de la mansión me detuve a descansar en uno de los bancos. La leve brisa refrescante y el atrayente olor de las flores exóticas ayudaba bastante a dejar a mi mente vagar. La piscina había sido encapotada con cristaleras para aclimatarla y resultaba gratamente apetecible cuando instantáneamente al mirarla comenzó a burbujear, asemejándose a un jacuzzi gigantesco.
Cristine muy sonriente apareció de la nada empujando un carrito con bebidas y algo de picoteo para comer. El ver una bandeja llena de exquisitos dulces me alegró, no soy nadie sin unas dosis de carbohidratos superdulces.
-Mei Ling me encargó que trajera algo para que repusieses fuerzas. ¿Estás bien?
-Es imposible que Mei Ling haya pedido esto por sí sola, gracias igualmente.- le dije haciendo un pequeño gesto para señalar hacia Dinescu, debía de haberselo encargado él a la asiática. Agarré un bombón y lo lancé al interior de mi boca sin vacilar. ¡Dios! Directamente me encontraba en el Olimpo de los dulces.
Cristine me sonrió.- Me alegro de que te gusten, también son mis favoritos. Los envían directamente de Holanda a la mansión, un capricho.
-Un capricho muy costoso de Cristine- agregó Constantin- pero merece la pena por ver la cara emocionada que tuviste mientras lo paladeabas.
-¡Ey jefe, no te quejes, gracias a este capricho sabes que hago cualquier cosa por ti!- Cristine le guiñó un ojo mientras se lo decía y me extendió unas pequeñas prendas metidas en una cajita abierta.- Toma, creo que son de tu talla, por si te apetece nadar. Hay una bata limpia en una de las hamacas junto a la piscina y un cambiador en aquella puerta azul tras los setos. Diviértete.
Miré hacia Constantin, me apetecía un baño para destensarme pero no quería estar acompañada en ese momento.
-Voy a hacer unas cuantas diligencias en mi despacho y te dejaré sola para que ocies. Relájate en la piscina y luego vendré a buscarte para que demos ese paseo que te prometí, hasta luego.- y se marchó con ese aire antiguo tan majestuoso suyo.
Miré el interior de la cajita, era un minúsculo bikini de firma. Arrimé el carrito al interior del encapotado y lo dejé junto a la hamaca donde reposaba el albornoz. Tomé un par de bombones más en mi mano y me encaminé hacia el vestuario encogiéndome de hombros.- La verdad es que un poco de relax tras el “trabajito” que me pidió hacer no está mal... no todo pueden ser cadáveres fantasmas y periodismo.
Aviso:
Algunas de las historias que escribiré pueden contener contenido calificado "Para Adultos", si lo lees sin ser mayor de edad será bajo tu propia responsabilidad...
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q lio eso de estar en dos lugares a la vez
ResponderEliminarpero por otra parte tiene cierto sentido.. creo... los saltos espacio-tiempo son complicados jeje
Realmente me a sorprendido toda la historia de estar en dos sitios a la vez. Creo que Donovan también se merece un poco de tiempo con Eve, para ver porque esta tan preocupado por ella...
ResponderEliminarTeam Dinescu vs. Donovan (me encantan las competiciones entre chicos)
Muchos besos Maika!