La mente es una perra...

¿No os ha pasado nunca eso de que queráis hacer algo y luego se tuerce? Bueno, pues a mí sí. Hace unos días comenté en el chat que estaba escribiendo el siguiente cap de La Mediadora. Era verdad, estaba en ello y con una idea muy clara de lo que quería escribir. Llevaba ya dos páginas y algo, y todo bien. Me levanté a tomarme un cafetito cargado ( eran las cinco y pico de la madrugada y no había dormido nada en toda la noche, ¡maldito insomnio!) y para lo que me quedaba ya para que la alarma de mi despertador sonase- una hora larga- decidí continuar con lo que estaba escribiendo. Remeto la silla contra la mesa, coloco los dedos en el teclado, leo el último párrafo que escribí y... estaba en blanco. Todo lo que había imaginado, todas las frases que un rato antes sonaban bien en mi cabeza, mi mente dijo que no servían ¿En verdad es o no es una perra? No me malinterpretéis, sé lo que quiero que pase en la historia, sé como acaba (no pidáis nadie un spoiler que no es negociable, solo se sabrá al final ;P), pero cuando lo escribo releo y modifico con algo que me suene mejor y al final diga lo mismo, o consigo una frase mejor que interprete literalmente lo que quiero decir. En fin... hoy me he puesto otra vez manos a la obra después de unos días de relax mental, no prometo terminarlo porque depende de lo que mis niñas o mi esposo me dejen hacer con el ordenador, pero haré lo que pueda.
Besitos y mordiscos