Aviso:

Algunas de las historias que escribiré pueden contener contenido calificado "Para Adultos", si lo lees sin ser mayor de edad será bajo tu propia responsabilidad...

MIS OBRAS

Algunas personas ayudan a compartir las historias que gente como yo realizamos, poniendo los enlaces de descarga en sus propios blogs. Si eres uno de ellos, por favor, recuerda siempre añadir quien es el autor de la obra.
Gracias!

domingo, 6 de marzo de 2011

Saga "La Mediadora, El Comienzo" Capitulo 30: Como en una Pelicula

No creí que llegaríamos a la salida, pero allí estábamos. Gracias al cielo Matthew había dejado los tres vehículos en los que habían venido en la entrada. Me introdujo rápidamente en un Hammer negro de cristales opacos y salimos a toda velocidad de allí. No estoy segura de si todos los policías que lo habían acompañado estaban con nosotros en el resto de vehículos porque la adrenalina manaba de mis venas a torrentes por la tensión del momento y me era difícil pensar en los demás cuando estaba pensando en cómo salir de allí yo misma. Además estaba sobrecargada por el desgaste, no había sabido hasta ese momento lo difícil que es mantenerse alerta cuando has utilizado una gran cantidad de poder que aún no sabes como viene ni como se maneja.
-¿Estás bien? ¿Estás herida?
Giré rápidamente mi cabeza hacia Donovan- ¡Qué!- me había sobresaltado.- No, no tengo nada, solo que ahora mismo estoy digiriendo lo que ha pasado.
Matt me miró entonces- Te ves algo pálida, pero no noto ninguna herida en ti. Bien.
Estábamos casi llegando al final del camino que nos alejaba de la mansión y del cementerio. En ese momento el hammer pasó por un gran agujero en el camino y rebotamos. La cabeza me dio vueltas- ¿Quieres hacer el favor de no mirarme y concentrarte en conducir? No tengo ganas de dar con mis sesos en el techo del coche.
-Me tenías preocupado. No has dicho nada desde que hablaste con Kareemah y huimos.- miró rápidamente por los retrovisores ojeando al resto de vehículos.- los chicos vienen detrás, voy a enviarles pos caminos distintos para despistar. Se ven algunos vehículos en lo alto del camino y eso quiere decir que salen a buscarnos.
Dejé que hablara con los polis a través de la emisora. Envió a cada uno de ellos a un sitio distinto mediante palabras en clave que yo no conocía y dijo que “llevaba al compañero herido al hospital”. Supongo que se refería a mí y trataba de que no supiesen nuestra ruta si interceptaban el mensaje. Miré un momento hacia atrás y me horrorizó comprobar cuantas luces estaban encendidas en la entrada de la mansión. Había dieciocho al menos, a dos por vehículo daba un resultado de nueve coches, quizás más si me había equivocado.- ¿No crees que estás excediéndote en ser precavido?
-No conoces a los vampiros realmente, son peor que una mafia cuando deciden hacer algo. Tienen la más alta tecnología que puedas imaginar, aunque quieran recordar como eran sus viejos tiempos mediante vestuario o decoración. Saben perfectamente lo beneficioso que es disponer de los medios más avanzados para su seguridad y sus planes.
Me molesté un poco- No, no sé como son, pero no creo que haya que ponerlos a todos en el mismo saco. Tiene que haber de todo, como pasa con nosotros los humanos. Además no soy nada especial para armar tanto alboroto. Ni siquiera entiendo cómo decidiste aparecer por allí sabiendo que no tienes juridiscción.
-Ya te dije que ellos aprecian la sangre wicca. Tiene que ser algo más. Aquí tengo unos cuantos amigos que me deben favores y decidí pedir su ayuda. Por mi parte sabes que le prometí a tu abuela que cuidaría de ti, y además me debes una salida, sin vampiros, ni cadáveres ni nada que tenga que ver con mi trabajo.- sonrió picaronamente sin apartar la mirada de la via.
Me hizo sonreír a mí también.- No pierdes una oportunidad para preguntar, ¿eh? Bueno, ¿tienes algo en mente? Yo me decantaría por una salida a una pizzería… o mejor a una pastelería. Deberías saber que esta chica se pierde por todo lo que sea comida o lleve azúcar. Soy dulceinómana.
-Entonces tengo que enseñarte una cafetería que hace todo lo que tú quieres. Está en la misma calle donde vivo y la regenta un were. Allí encontrarás un estupendo café a cualquier hora, el mejor estofado de buey del mundo, pasteles variados, palomitas dulces y por la noche, pizzas y tacos con un extra de queso derretido ligeramente tostado que no puedes dejar de comer.
Casi babeo igual que Homer Simpson hace en su serie de dibujos.- ¡Dios, entonces realmente existe el paraíso! Realmente tú y yo deberíamos tener una cita así, con todo ese extra de queso a nuestro alrededor.
Estábamos adentrándonos en Indianápolis. Creí que conduciría directamente hacia Chicago, pero él era el que manejaba y sabría mejor que yo sobre despistarlos. Había girado bruscamente en dos ocasiones y al llegar a una gran calle de doble sentido y con dos carriles para cada lado aminoró la velocidad hasta adaptarla al resto de vehículos.-Tengo la esperanza aunque…-debió pensarse mejor lo que iba a decir porque no continuó. Su cara estaba seria igual que cuando estaba de servicio. Se introdujo en un aparcamiento subterráneo y estacionó.- Vamos. Tenemos que cambiar de coche. Ellos saben que conducía uno de estos.
Llevaba una camiseta oscura ceñida y pantalones cargo en el mismo tono. Los músculos de los brazos se habían tensado lo suficiente como para casi reventar la camiseta. Su mano derecha estaba sobre su pistolera bajo el brazo, preparado por si tenía que sacarla y disparar. Con su mano izquierda cargaba una enorme bolsa de deporte. Ya no estaba hablándome como Matthew Donovan, si no como el sargento Donovan, todo profesional y peligroso. Me bajé del Hammer y él comenzó a caminar hacia una hilera de coches. Yo no me moví de al lado de la puerta.- Matt, ¿la esperanza de qué? Vamos, no puedes dejarme a medio saber, de repente volviste a ser el tipo duro.
Negó con la cabeza -Ahora no hay tiempo de pensar en eso, no debí hacer un comentario sobre una cita. Lo primero es tu seguridad y llevarte Chicago.
-¡Y una mierda Matt, no es justo! Estoy harta de que todo el mundo me diga haz esto o lo otro y que quieran dirigir mi vida. Se suponía que estábamos teniendo un pequeño respiro en el Hammer, nada que no fuera hablar de ti y de mí. Ahora mismo acabamos de estar en un infierno y no me apetece volver a tensarme. Realmente estaba disfrutando de no pensar en nada que tenga que ver con colmilludos.- realmente no deseaba volver al infierno de mi realidad.
Donovan suspiró con exasperación y se volvió a mí- Es culpa mía, estaba pensando en voz alta. Me perdí entre mis pensamientos y eso no puede pasar, debo estar alerta hasta que salgamos de aquí. Además no sé como explicarte lo que pensaba, me resulta algo embarazoso porque tiene que ver contigo y conmigo…
-¿Algo embarazoso que se supone tiene que ver conmigo?
Asintió.- Y ese es el problema, pensar en ti hace que me olvide de todo lo demás.
Cada vez estaba más confundida y él no terminaba de explicarse. No aguantaba más. -No le des más vueltas, desembucha. Por muy embarazoso que pueda parecer siempre es mejor que quedarse con la duda.
-Tú misma. Cuando me acerqué a ti en aquel salón noté un olor especial. Estoy seguro de que era tu cuerpo.- le arqueé una ceja y crucé mis brazos por debajo de mi pecho esperando alentarlo a continuar. No pensaba decir nada hasta que se hubiese explicado totalmente- Eve, olías a sexo, muy reciente por cierto. Y como siempre Dinescu estaba revoloteando a tu alrededor. La pregunta sobre lo que me imagino que ha pasado está dando vueltas en mi cabeza desde ese momento y no me puedo concentrar. Te pedí una oportunidad para conocernos y creo que Constantin se me ha adelantado, y aún así estoy aquí de nuevo insinuando que podíamos intentarlo. Te marqué con mi poder were cuando lo hizo él porque no estaba dispuesto a renunciar a ti. Con su marca ha creado unos lazos que os unen, sabrá de ti más de lo que imaginas, conocerá tus estados de ánimo, donde te encuentras e incluso estarás más excitada con él cuando lo veas. Yo soy la única barrera que hará que ese lazo sea más suave, pero también estarás más unida a mí emocionalmente.- Pasó su mano nerviosamente por su pelo y sonrió en una mueca- ¿No crees que es de locos todo esto?
Estaba alucinando, tenía que haber mirado otras opciones antes de decidirme por dejar que me marcaran. Pero no había ninguna más. Respiré hondo y le dije- No hay nada que reprochar, Matt. Ahora toca apechugar con lo que pasó. Cuando estaba al lado de Constantin tuve una visión sobre su pasado. Ya he tenido varias. Se podría decir que estaba metida dentro de una mujer con la que él tenía una relación y es como si viviese todo lo que ella vivió. No sé por qué tengo estas visiones ni tampoco cómo frenarlas. Esta última vez ellos dos tuvieron sexo y a veces me sentí ser yo misma, sobre todo cuando Lucien y una tal Natasha vinieron a pelear con nosotros, sus golpes eran muy reales y dolorosos.
-¿Entonces tuviste sexo con él?- preguntó molesto.
-Realmente no lo creo, ese no era mi cuerpo físico, así que diré que no. Solo sentí las mismas emociones que sintió ella. Espero haber aclarado tus dudas aunque yo siga teniendo las mías sobre lo que estoy sintiendo por vosotros dos.
-¡Y un cuerno! , ¿Cómo quieres definir tú eso, sexo tántrico? ¿Espiritual quizás?- realmente estaba enfadado, celoso más bien, paseaba delante de mí inquieto como una pantera enjaulada- Dinescu aprovecha cualquier circunstancia para acercarse a ti y no he podido hacer nada porque aquí la señorita tenía que hacer su trabajo…
-Yo tengo que hacer mi trabajo igual que tú dices que debes cumplir el tuyo, es lo mismo que me has dicho hace un momento, que tenías que concentrarte en llevarme a Chicago- ¡Dios! Esto se parecía cada vez más a una pelea de pareja por celos que a otra cosa.
-No vais a ningún sitio. Kareemah te quiere de vuelta.
Nos giramos a la vez hacia el lugar por donde venía la voz. Cinco weres, dos mujeres y tres hombres, estaban al principio del garaje armados con bates de béisbol, armas y una red. Caminaban despacio hacia nosotros igual que un tigre acechando a su presa. Una neblina roja los envolvía, señal de que estaban alzando su poder. Iba a ser una noche movidita…
Donovan tiró de mí para colocarnos detrás de una columna junto a los coches y soltó la bolsa de deporte en el suelo. Cuando la abrió pude ver un par de chalecos Kevlar y un completo arsenal para defendernos. Me pasó un chaleco y rápidamente se puso el otro tras poner el arma de su pistolera en la parte trasera de su pantalón. Luego me cogió suavemente por los antebrazos y me giró hacia él.- Escúchame. Pasa entre los coches para no ser vista y yo los entretendré. Quiero que cojas un Lexus gris con matrícula de Indiana que hay al final del garaje, las llaves están metidas en una cajita en el interior del paragolpes trasero y quiero que salgas como un infierno de aquí.
-¡Un infierno Donovan! Esto no es una película donde uno de los buenos tiene que sacrificarse para salvar al otro y no me dirijas como si fuese uno de tus polis, ¡nos vamos los dos y punto!
Me calló presionando sus labios contra los míos. Me tomó de improviso y necesité un par de segundos para reaccionar, entonces abrí mi boca para él. Como me imaginaba era todo fuerza y carácter, sabía dulzón, como a frutos del bosque maduros mezclados con algo salvaje y ácido. Puso toda la pasión que tenía en ese beso y casi me faltaba el aliento. Terminó rápido con un pequeño beso sobre mis labios y yo lo miré parpadeando, todavía estaba sorprendida. – Ahora seré capaz de concentrarme sabiendo que me correspondiste. Vete de una vez y pisa a tope el acelerador cuando arranques, si atropellas a alguno por el camino no te encarcelaré por eso.
Me hizo sonreír y no pude pensar en nada para contradecirle. Me puse el Kevlar y fui pasando por entre los coches en cuclillas hasta alcanzar el Lexus. Él sacó un par de armas extra de la mochila y se agachó para disparar hacia los were intentando retrasarlos el mayor tiempo posible. La cajita estaba en el paragolpes tal y como me dijo. Me metí en el coche sin hacer ruido.
Donovan había conseguido disparar a un par de weres en el brazo aunque todos seguían avanzando. Cuando llegaron a donde estaba él la pelea siguió a golpes. Echaron la red sobre él y casi consiguen atraparlo. Yo arranqué el coche y salí con un fuerte acelerón tras sacarlo del estacionamiento. Frente a mí quedaban tres were y Donovan, ninguno de ellos parecía haber advertido que iba hacia ellos. A escasos metros grité para que Donovan se apartase y cerré los ojos un instante mientras noté un fuerte golpe en el capó. Entonces los abrí de nuevo y ya había sobrepasado la pelea. Frené derrapando y giré mi torso para mirar atrás, había jugado a los bolos con ellos, todos estaban en el suelo. Mis ojos lagrimaron pensando en que también lo había atropellado a él.
-¡Vamos Eve, corre!
Gracias al cielo, había saltado encima de una camioneta. Eché hacia atrás el coche y abrí la puerta del acompañante. Donovan entró y nos pusimos de nuevo en marcha. Me concentré en conducir y no mirar hacia él, no quería preocuparme por como habría quedado después de pelear por mi culpa. Ya habría tiempo para eso. Ahora necesitaba estar alerta a cualquiera que se acercase a nosotros demasiado.
No conocía la ciudad ni sus calles. Mi única ayuda era una pequeña brújula incrustada en el salpicadero y las señales de tráfico que indicaban la salida hacia la carretera que conectaba con Illinois. Sólo tenía que seguir conduciendo hacia el noroeste y pronto saldríamos de allí.
Donovan hizo un ligero ruido y entonces me giré para verlo. Tenía algún moretón en la cara, pero el aspecto era como de llevar varios días sanando, suerte de su sangre were. Lo malo vino cuando miré en su pierna, estaba sangrando y no cicatrizaba- ¡Mierda!- dije.
Abrió sus ojos y me miró- No sé qué mierda disparaban pero la pierna me duele a rabiar.- miró hacia la carretera para orientarse sobre a donde íbamos- Tuerce a la derecha en la próxima esquina y saldremos a la zona de granjas. No vayas rápido o te saltarás un pequeño camino muy estrecho que debemos tomar. Es un camino que ya nadie toma y conecta con Illinois en una hora. Cuando veas la placa que avisa de que entramos en el Estado toma la tercera salida rumbo a Elwood. La doctora Maxwell vive allí y necesito que vea mi herida.
-No me hace gracia que quieras que una forense te vea, ¿sabes? Pinta mal al decirlo…
-Ella está en nuestro clan, es nuestra médico allí.
-Está bien, lo que tú digas.- divisé el camino que me había dicho y torcí hacia él.

3 comentarios:

  1. ste capitulo wenisimo cm siemrpe... nenaa eres una gran escritoraa tienes k publicar tus historiass... esperare impaciente el prox capituloo!!

    ResponderEliminar
  2. Awwww! nooo mi querido Donovan es herido
    es un amor
    Maika, si Eve lo deja por Dinescu, entonces lo empacas y me lo mandas jajaja
    buen capitulo
    me muero por el siguiente

    ResponderEliminar
  3. hey maika! si, tengo un blog, lo abri hace poco... como veras no he escrito mucho porque soy nueva en esto y solo he posteado frases! :) gracias por pasarte por mi blog!! que bien que te haya gustado! y bueno el cap esta buenisimooo como siempree!! ya quiero saber que pasa con denisco!! besos guapa! muaak! (K)

    ResponderEliminar