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lunes, 8 de febrero de 2010

Moonlight Capítulo 1

Capítulo 1
Bosque encantado, hace 50 años.

Dos lobos, uno de mayor envergadura, corren alocados con unas ropas anudadas al cuello por la pradera en dirección al bosque. Ya casi en los límites del bosque el lobo mayor comienza a transformarse en medio de una neblina venida de la nada, primero en licántropo mitad lobo-mitad hombre, para terminar completamente en forma humana totalmente desnudo corriendo tras el otro lobo, sorteando ramas caídas y matorrales.
-¡Principe Valiant! ¡Principe Valiant! Venga para acá, ¡No se aleje más!
El joven lobo sigue su camino hasta los últimos troncos que están tan frondosos y llenos de vegetación entre las raíces que no dejan ver nada a través de ellos. Hace un intento de saltar por encima de un moral y sale despedido hacia atrás por una fuerza invisible, cayendo sobre un costado después de rodar unas tres vueltas por el suelo.
Valiant está tan agotado por la carrera y el golpe que no puede seguir manteniendo su forma animal y se transforma poco a poco en humano. Es un chico de diecisiete años, alto, delgado con un ligero indicio de musculatura formandose en su cuerpo, de cabello oscuro como el carbón que le llega a los hombros, mandíbula suave y ojos verdes.
Aunque está agotado todavía tiene fuerzas para reír mientras el hombre llega hasta el con la respiración entrecortada por el esfuerzo.
-¿Se ha hecho daño? Si le llega a ocurrir algo el rey Faulo me mata cuando esté convertido en lobo, utilizaría mi piel para hacerse una alfombra nueva.
Frotandose el costado donde a aterrizado primero Valiant se incorpora- No me ha pasado nada, Optimus- se levanta de un salto para que compruebe que está bien- Sólo quería comprobar que tan en forma sigues.
-Para mis setecientos largos años todavía puedo olfatear a largas distancias cuando cazo, mi príncipe.- Se notaba que estaba enfadado, pero no quería demostrar su enojo ante el hijo del rey.
-Por favor Optimus, ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así? Sabes que eres más que mi tutor, eres mi amigo ante todo. Comprendo que delante de mi padre quieras mantener las formas pero cuando estamos tú y yo prefiero que simplemente me llames Valiant.
-Vale Valiant, ya que estamos abusaré de la confianza que me da para decirle que es un zoquete por intentar rebasar los límites sabiendo que es imposible salir de este bosque, creo que ya le expliqué lo de la maldición del rey Lycaon allá por el…
-Si…-ondeó su mano quitándole importancia a lo que Optimus le había dicho- eso de estar malditos por un antepasado y bla, bla, bla… Yo sigo pensando que tiene que haber una salida y algún día la encontraré.
Optimus alzó sus manos al cielo rendido ante la tozudez de Valiant y suspiró- Será mejor que nos vistamos y regresemos rápidamente al castillo. La clase de lucha debería haber empezado ya hace rato y el general Wolfgang debe estar echando humo por la nariz al ver que no ha aparecido otra vez. Además, un príncipe no debería dejarse ver desnudo por ahí.
-Todo el mundo cuando se transforma de nuevo a humano está desnudo y no pasa nada, así que yo igual puedo hacer. Estamos en primavera y el calorcito que da el sol hace tener ganas de caminar sin nada.
Valiant se cambió en lobo y cuando estuvo lo suficientemente cerca del castillo se transformó otra vez tras un matorral y se puso las ropas. Los lycans vestían ropas muy al estilo medieval, con lo que llevaba unos pantalones marrones muy ajustados y una camisa de amplias mangas en tono crema atadas por la abertura con un cordón. En una de las entradas secundarias recogió las botas que había dejado al salir a correr y se las puso después de limpiarse los pies.
Optimus llegó detrás e izo lo mismo, abrió la puerta haciendo una reverencia y Valiant entró después de imitar su gesto exageradamente, le gustaba provocar al buen hombre y consiguió que murmurara una maldición susurrada quejándose de la adolescencia del chico y su falta de interés en aprender todo lo que necesitaba cuando sucediera a su padre.
Pasaron primero por la cocina para coger algo de fruta que comer. Los cocineros y las fregantinas estaban alarmados cuando lo vieron entrar, no era normal ver a la realeza por allí. Ni el rey ni la reina habían ido nunca. Su hermana mayor tampoco lo había hecho pero su hermana pequeña si le había acompañado un par de veces a por un vaso de leche antes de dormir. Hasta que Isobel los pilló y se lo contó a su padre que le prohibió bajar a la cocina.
Isobel tenía dos años más que Valiant, de ojos verdes y labios finos como su padre, el pelo y el resto de su cara como su madre.
Valiant había heredado el pelo y los ojos de su padre, pero la boca era identica a la de su madre, labios carnosos y gruesos que cualquiera de las mujeres del reino envidiaba cada vez que lo veían.
La pequeña Nínice tenía diez años y era un clon de su madre, exceptuando su larga cabellera negra que brillaba de tantísimas pasadas que se daba con el cepillo a diario.
Valiant entró en el Patio de Armas para buscar al general Wolfgang y comenzar su clase de entrenamiento. Allí se encontraban muchos de los guerreros practicando sus dotes con la espada, otros afinando su puntería con los arcos y flechas y otros en combate “cuerpo a cuerpo”.
Wolfgang lo llamó en cuanto lo vio aparecer y le regañó por haber llegado tarde. Llevaba practicando tres semanas y nunca había conseguido aparecer a tiempo de comenzar la clase.
Lo envió a luchar con un chico de su misma edad y después de unos veinte minutos tropezó en medio de un giro y cayó al suelo.
Todos se quedaron parados mirándolo asustados de que le hubiese pasado algo- lo que a él le molestaba que no lo tratasen igual- y de entre los que ya estaban luchando con las espadas asomó su primo Oliver con una sonrisita burlona.
-Levantate primo. Pareces una nena ahí tirado, no el principe guerrero que deberías ser. Casi media hora y ya decaes.
-Estuve corriendo antes de venir, ya estoy algo cansado.- Valiant se levantó ligeramente molesto para enfrentar a su primo.
De pequeños habían sido los mejores amigos, pero cuando el rey Faulo hizo el anuncio de que Valiant sería su sucesor, Oliver cambió su actitud hacia Valiant, criticando cualquier error que cometiese.
-Excusas. Nunca podrás defender bien nuestra tierra si no pones empeño. No serás un buen lider.
Valiant colocó su rostro a milímetros del de Oliver, la furia asomaba por sus ojos-En esta tierra no entra ni sale nadie, así que poco hay que defender. Un día me cansaré de tus comentarios ofensivos y te daré tal patada en el culo que no te podrás sentar en un mes.

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