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martes, 23 de febrero de 2010

Moonlight Capitulo 4

Capítulo 4

Valiant y Savage corrieron en sus formas lobunas hasta quedar extenuados. Habían estado saltando maleza, piedras y troncos caídos durante horas, hasta incluso cruzaron tres zonas del río para evitar dejar rastro alguno.
La noche se alzaba haciendo retroceder al sol a un simple brillo anaranjado que se iba perdiendo en el horizonte. Había un montón de nubes que tapaban casi completamente la luna, haciendo de la noche casi una completa oscuridad.
Agotado por el esfuerzo Savage cambió a su forma humana, completamente desnudo puesto que no les había dado tiempo de coger nada, cayendo pesadamente en el suelo mientras cobraba el aliento.
-Si doy un paso más me muero, te lo juro- comentó mientras Valiant cambiaba también.
-¿Tú crees que habrán seguido nuestro rastro?
-Esperemos que no. De todos modos no se que vamos a hacer.
-Yo tampoco. Mientras corríamos estuve dando vueltas en mi cabeza sobre quién podía haber matado a mi padre, - se acongojó al acordarse de él, de la forma en que lo había visto después de morir- sigo pensando en que Oliver lo perpetró y de que mi hermana Isobel lo ayudó, estoy casi seguro.
-No pienses ahora en eso, no te hará bien y necesitamos buscar un refugio para esta noche y mañana seguiremos. Además, no hemos comido nada en todo el día y mi estómago ruge como un león.
-Tanto correr y resulta que estamos atrapados en este bosque. Aunque sea enorme tarde o temprano nos encontrarán. Espero que no le haya pasado nada a Optimus y que pueda buscar algún indicio del culpable antes de que nos atrapen.
-Anda, cojamos algo de bayas y nueces y busquemos un refugio.
Estuvieron buscando en los alrededores hasta que dieron con unas bayas comestibles. Para su suerte estas eran bastante grandes y pronto juntaron suficientes en un par de hojas grandes de helecho que usaron a modo de platos. Comieron hasta reventar.
Se asearon un poco en las frías aguas del río y siguieron su camino muy lentamente, buscando el lugar más seguro donde poder dormir sin miedo a ser pillados por sorpresa.
Después de unos minutos Valiant dio un pequeño traspiés sobre una roca y en su intento de no caerse se apoyó sobre una piedra mediana que ante el empuje cedió, rodando por una cuesta donde al fondo se divisaba un cervatillo sentado mientras se lamía una pata herida.
Los dos corrieron hacia el pequeño animal dispuestos a parar la piedra para no lastimarlo más. Se detuvieron frente a la roca haciendo fuerza para llevarla hacia un lado. Aunque la piedra era mediana, la velocidad que cogió y la inclinación de la cuesta hicieron que pareciese más pesada, forzándolos a utilizar casi todas sus fuerzas para detenerla cuando consiguieron hacerla cambiar de rumbo.
Valiant se sentó sobre unos pequeños hierbajos para recobrarse. O eso creía él, porque las plantas cedieron ante su peso y cayó en un hueco de espaldas. Las plantas eran de tipo enredadera y se habían entrelazado unas con otras sobre la entrada de una pequeña cueva excavada en el suelo.
Savage se asomó en cuanto lo vio desaparecer de su vista.
-¡Valiant! ¿Estás bien?
-Creo que si. De seguro mañana me saldrá una pequeña magulladura sobre mi trasero. Por lo demás bien. Creo que ya tenemos refugio para esta noche, a nadie se le ocurrirá buscarnos bajo el suelo, solo pensarán que nos metimos en una cueva en la superficie.
Un fresco viento comenzó a soplar haciendo que la espalda de Savage temblara de escalofríos y se adentró despacio por el agujero, tratando de romper lo menos posible las enredaderas que servían de camuflaje para la entrada. Aunque no se veía bien la cueva parecía acogedora.
La visión del interior se fue aclarando gracias a que la luna llena apareció, el viento se había llevado las nubes. Savage estaba preocupado.
-Mierda… con esta luna estarán más fuertes y seguirán buscándonos.
-Te recuerdo que a nosotros nos viene bien también y nos recuperaremos antes del cansancio.
La cueva estaba llena de raras piedras, como diamantes, que al tacto no cortaban, estaban muy redondeadas en sus cantos.
Cuando la luz de la luna se hizo completa los claros rayos se adentraron en la cueva. Parecía como si las piedras cobrasen vida, la más cercana a la entrada captó un rayo que se reflejó hacia la piedra más saliente de la pared de enfrente, ésta a su vez reflejó la luz hacia otra pared y así prosiguió el rayo hasta formar un total de siete cruces entre paredes.
A cada cruce entre paredes la luz cogía un color distinto, pasando del rojo por los demás colores del arco iris hasta llegar al violeta que retornó otra vez a la primera piedra. La misma luz emitía un leve calor muy agradable que agradecieron enormemente al estar los dos desnudos sin nada que los protegiese del frío.
Valiant estaba perplejo- Esto no puede ser natural, tiene que haberlo fabricado alguien.
Cuando pasaba la mano por alguna de las piedras cortando el camino de la luz el arco iris desaparecía y con ello la candidez.
Quiso salir a la superficie a explorar el entorno. Atravesó el arco iris, procurando quitarse pronto del medio para que el calor no se extinguiese, sacó la cabeza por entre las enredaderas y vio un paisaje totalmente distinto al del bosque donde habían estado.
Se metió otra vez para dentro alucinado.
-Savage, saca la cabeza por la entrada y dime que ves. Creo que estoy teniendo alucinaciones.
Savage le hizo caso preocupado y se asombró. Era un bosque, pero con árboles muy diferentes a los que habían visto al entrar. Giró un poco la cabeza hacia la derecha y a lo lejos divisó un montón de pequeñas luces, sobre todo amarillentas aunque también había de distintos colores.
Fijó más la vista y pudo distinguir lo que parecían edificios muy juntos entre sí.
Descendió otra vez para hablar con Valiant.
-Ese paisaje no lo conozco.
-¿Será el otro lado del bosque?
-Imposible. Sabes que no podemos salir de aquí.
-¿Pero y si lo fuese? ¿Y si esta cueva es el portal que nos une? Fíjate, te he comentado ya que la disposición de las piedras es muy rara, parecen distribuidas a conciencia. Esto tiene que haberlo construido algún antepasado que encontró la forma de escapar.
-Siempre con lo mismo. –Savage atravesó el arco iris para ponerse a su lado- No es posible.
Valiant subió un poco más y se volvió para hablarle a Savage.
-Tú haz lo que quieras. Tenemos dos opciones: nos quedamos y que nos atrapen tarde o temprano, o nos vamos y exploramos por ahí.
Sin más retomó la salida y saltó al exterior. Savage le siguió murmurando toda clase de maldiciones, rumbo a lo desconocido.

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