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viernes, 12 de febrero de 2010

Moonlight Capitulo 3

Capítulo 3
Bosque encantado, en la actualidad.


Valiant está en la Biblioteca Real tras un montón de gruesos libros que esperan ser estudiados. Pero él tiene su mente en otro sitio, su mano se apoya sobre la barbilla en la mesa, con la mirada hacia el gran ventanal. Está pensando en la pradera y en lo a gusto que tiene que estar Savage retozando por ella en su forma de lobo… Una bola de papel le cae justo entre sus ojos sacándole de sus pensamientos.
-Despierta durmiente. Nínice te traía un te y un poco de comida para reconfortarte en tu exilio educativo y la convencí para traértelo yo. ¿En qué estabas pensando que ni siquiera te has enterado de que entraba?
Otra bola de papel voló sobre Savage amenazando con darle en el centro de la cara, pero la esquivó justo a tiempo.
-Estaba pensando en lo malditamente a gusto que deberías estar tú revolcándote por ahí en la pradera en este momento.
-Desde que casi no te dejan escabullirte conmigo la única manera de que yo me revuelque por ahí es con una de las mozas y créeme, últimamente debo haber perdido mi punto porque no consigo verlas. Saben como zafarse de mí.
Valiant estalla en carcajadas.
-Has hecho demasiadas correrías con ellas. Te conocen. Tú prometes amor eterno y luego te olvidas. Te han calado, amigo.
-¿Y qué quieres que haga?- Depositó la bandeja en la mesa, al lado de los libros frente a Valiant- Estoy aburrido sin hacer una de las nuestras juntos. Todo ese rollo de leyes y normas, del deber y la soberanía, del bla, bla, bla…No sé como aguantas tú.
-Tuve que hacerme a la idea, ya sabes, si mi padre dicta algo uno no escapa. Mmm... Esto huele bien, seguro que es la tarta de arándanos que hace Moira, reconocería entre miles el toque de esa cocinera…
-¡No me refería a eso! Lo de acatar las órdenes de tu padre lo sé,- le quitó un pedazo de tarta del plato- me refería a cómo aguantas tú sin estar con una mujer. ¿Cuándo fue la última vez? Más de un año ya, creo. Anda, come algo que te has levantado pronto y todavía no has desayunado.
Valiant rodó sus ojos y los puso en blanco.
-Siempre pensando en lo mismo… ¡Qué ganas tengo de que por fin encuentres una que te dé al trapo y no puedas pensar en otra más! Verdaderamente creo que deberías ir al curandero y que te examine la cabeza o ahí abajo, lo tuyo no es normal.
-Natasha pensó lo mismo y acabé teniendo que ir. No te diré lo que me dijo para convencerme, solo que el tipo, después de examinarme tras el vapor de una olla con una infusión apestosa me “recetó” muchos paños de agua fría con hielo ahí abajo, ¿te lo puedes creer? A uno le dan hierbajos, una olla para hervir y barro para cataplasmas y ya se cree curandero…
-Jajaja, yo creo más bien que Natasha convenció a alguien para hacerse pasar por curandero con la intención de vengarse de ti. Bueno, ya he comido bastante, voy a llevar esto a la cocina.
-Podríamos aprovechar para escapar un ratito y correr por ahí. O mejor, hace mucho que a Oliver no le hacemos nada y sería un buen momento.
-Oliver me ha dejado en paz desde que mi padre hizo el anuncio de su sucesor. Sigue molesto por eso, pero está muy raro y se porta amable en presencia de mi padre, lo tiene convencido de que me apoya pero no estoy seguro del todo.
-Lo que sea, vayamos por ahí.
Entraron en la cocina y una chica cogió la bandeja con los restos de comida para depositarla en el fregadero. Se atrevió a echarle una mirada furtiva a Valiant mientras se sonrojaba y le hizo una pequeña reverencia flexionando las rodillas.
-Señor.
Savage recorrió con la mirada de arriba abajo a la jovencita.
-¿Tu eres nueva aquí, verdad?
-Si señor, pero he sido advertida de no dejarle arrimarse mucho a mí. Discúlpeme, tengo que ir a hacer mis tareas.
Savage puso cara de acongojo y las manos en su corazón como si le hubiesen disparado una flecha allí.
-Definitivamente hay una conspiración contra mí, Valiant. Deja de reírte o tendré que sacudirte hasta que pares.
-Eso ni en tus sueños, te faltan muchas comidas y entrenamiento para derrotarme. Anda vayamos un rato a correr, la comida está pidiendo bajar y una buena carrera ayudará.
Optimus apareció corriendo como un loco hacia ellos cuando iban a salir por una puerta trasera hacia la pradera.
-¡Valiant! ¡Savage! Esperad, ha ocurrido una desgracia. Venid.
Los dos se giraron rápidamente mientras Optimus recobraba el aliento.
-¿Qué pasa Optimus?
-Faulo…Una desgracia…-Respiró profundamente para poder decir lo último-¡Lo han asesinado!
Valiant no esperó a sus amigos, directamente se fue corriendo hacia los aposentos de su padre, saltando las barandas de la escalera para subir en el menor tiempo posible.
Abrió la puerta de un tirón y se quedó estupefacto ante la visión de su padre.
Faulo estaba en camisón tirado en el suelo al lado de la cama, tenía el pecho manchado de sangre. En una mano llevaba un puñal y la otra mano estaba cerrada conteniendo algo. Tenía las sábanas enredadas por sus piernas, como si lo hubiesen pillado desprevenido mientras dormía y se hubiese levantado deprisa para escapar de su asesino.
Su hermana Isobel estaba a la derecha de la entrada del dormitorio, llorando en brazos de Oliver con una bandeja de desayuno tirada por el suelo, taza y platos rotos.
Optimus y Savage llegaron detrás de él, mirando a todo y a todos con la boca abierta mientras unos guardias se alineaban por la entrada.
Valiant se acercó a su padre mientras las lágrimas lo inundaban, examinó el puñal y lo reconoció, era suyo. De la otra mano sacó un anillo, el anillo que recibiría cuando hubiese sido coronado rey.
El puñal fue un regalo de su padre a los veinticinco años, cuando hubo un campeonato y quedó el primero. Estaba hecho de acero con la empuñadura del oro más puro jamás visto, grabado con el escudo de la familia y uno nuevo diseñado para Valiant y tres esmeraldas de un verde tan brillante como sus ojos lo coronaban en los extremos.
-¿Qué hace mi puñal en manos de Padre? ¿Quién lo trajo hasta aquí?
Oliver dejó a Isobel en un diván sollozando para enfrentar a Valiant.
-Tú, mal nacido, ¿cómo te atreves a disimular después de lo que has hecho? El puñal es tuyo, así que has sido tú. No se ha enfriado su cuerpo y ya te estás mofando de tus actos.
Valiant se llenó de furia, transformándose en licántropo en un microsegundo, dispuesto a darle un buen zarpazo a Oliver.
-Repite eso y no vivirás para contarlo. Yo he estado en la biblioteca estudiando. Optimus me vio entrar cuando le pedí los libros para estudiar, y después entró Savage. He estado con ellos todo el tiempo desde que desperté. ¿Dónde has estado tú, Oliver? Tú sacarías más partido de su muerte que yo, podrías cargarme la culpa y quedar libre para reinar.
Isobel se levantó para hablar, poniéndose junto a Oliver que la apretó contra él.
-Ha estado conmigo. Yo también creo que tú eres el traidor.
-¿Mancillas tu nombre por taparlo? ¡Que bajo habéis caído! Si tanto queréis el trono es vuestro, no lo quiero…
-¡Guardias! ¡Apresad al traidor!
Optimus corrió hasta Isobel y Oliver y los empujó hacia fuera antes de que los guardias pudiesen reaccionar. Se transformó en licántropo para aumentar su fuerza y tiró de una cómoda gigante para atrancar la puerta.
Los guardias daban empujones intentando abrir mientras Oliver les gritaba.
-¡Valiant huye de aquí! Escóndete hasta que pueda averiguar cómo lo han hecho. Savage, ve con él y cuídalo por mí.
Sin pensarlo Savage cogió una silla del escritorio del rey y la lanzó contra la vidriera de la ventana, haciéndola estallar en mil pedazos.
Antes de saltar, Valiant se giró para ver a Optimus que achuchaba el mueble más fuerte contra la puerta.
-Optimus ven con nosotros. Ellos podrían matarte por ayudarme.
- Tengo setecientos cincuenta años. Aunque todavía podría vivir mucho más no me importa si quieren matarme, he vivido y he visto mucho. Aunque no creo que lo hagan. Es necesario que sobrevivas para vengar el honor de tu padre. ¡Vete, no me esperes! Ya encontraré la forma de contactar contigo.
Los chicos asintieron apenados por tener que dejarlo allí. Se transformaron en lobos antes de saltar la altura de dos pisos que había desde la habitación del rey hasta el suelo y huyeron al abrigo del bosque, corriendo sin descanso hasta quedar lo suficientemente lejos del castillo, en dirección Norte, la que nunca tomaban en sus salidas.
Optimus dejó pasar unos minutos antes de volverse humano y apartarse de la puerta para ver como los guardias caían al suelo, apelotonados por la fuerza de empuje que habían estado haciendo.
Oliver entró medio pateándolos para apartarlos mientras los llamaba inútiles y se enfrentó a Optimus.
-¡Como te atreviste a oponerte! Has ayudado a un traidor y pagarás por ello.
-¿Yo?- puso su mejor cara de sorprendido- Sólo quería hablar con Valiant para que se explicara. No sé como pudo matar a Faulo. Pensé que conmigo se confesaría.
Oliver entrecerró los ojos.
-¿Seguro que crees que él es el asesino o es por salvar tu pellejo?
-Mi pellejo está viejo ya, podría vivir el doble aún, pero me da igual. Piensa lo que quieras, pero te diré que antes de saltar los oí que querían huir al Oeste, pensando que de seguro buscarías al Sur por donde siempre andan cuando corren.Oliver lo apartó de un empujón para mirar por la ventana rota.
-¡Guardias! Peinad la zona Oeste y la Sur también, por si acaso. Me da igual que los traigais vivos o muertos.
Un guardia de mayor rango se adelantó, era amigo de los chicos y le molestaba tener que acatar órdenes de Oliver.
-¿Con qué poder lo ordenas, Oliver?
Oliver se dio la vuelta airado mientras Isobel se le acercaba para poner su mano en su pecho mientras también miraba altiva hacia el guardia. Ella fue la que contestó.
-Con el poder de ser vuestro futuro rey cuando seamos coronados, Valiant ya no es el sucesor, sino él, y yo por mi linaje la reina cuando nos casemos.

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