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jueves, 17 de junio de 2010

Moonlight Capítulo 26

Capítulo 26:

Tras la revelación de quién era Giselle, Nínice dejó a un lado la brusquedad y estuvo ansiosa por conocer a fondo la historia de cómo su hermano y ella se habían conocido, y por supuesto quería saber cómo era el mundo exterior. Giselle estuvo relatándole por más de una hora mientras Nínice cenaba todo lo que había en la bandeja. Como había tardado tanto en convencerla de que no era como los del castillo la cena se había quedado fría, pero no le importó.
El agotamiento por el trabajo se marcó en Giselle a través de unos cuantos bostezos y tuvo que disculparse para irse a dormir después de prometerle que por la mañana sería ella quien le trajera el desayuno y la ayudase a vestirse.
Salió de la habitación y el guardia la estaba contemplando con ojos sospechosos, haciendo que su corazón latiera muy rápido por si había sido descubierta. Se colocó lo más derecha posible, alzó su barbilla desafiándolo, puso sus manos a los lados de la cintura y trató de que su voz sonase altiva.


-¿Qué estás mirando?


-Nada. Eres la primera persona que se queda allí dentro tanto tiempo con ella y sale ilesa.


-Por eso me envió Isobel. Dijo que mi carácter amable haría que Nínice no tratase de herirme.


El guardia se acercó un poco más hacia ella, haciendo un barrido de su cuerpo con los ojos de arriba abajo- ¿Y por qué eres tan brusca conmigo? Yo podría ser mucho más amable contigo que una mujer si tú lo fueses hacia mí, hace tiempo que no estoy con una y tú eres muy apetitosa. La última mujer que traía la comida a Nínice era muy amable conmigo.


Casi la estaba tocando con el brazo al hablar y Giselle dio un paso hacia atrás.- Y de seguro que por eso tuvo que dejar de venir y se encarga Limos desde entonces. No te atrevas o le diré a Isobel lo que estabas tratando de hacerme. ¡Estoy bajo su protección!


Esas palabras parecieron detener al guardia, que volvió a su puesto enfadado después de decirle que no sabía qué se perdía. Giselle dejó salir el aire que había estado conteniendo y se alejó rápidamente de allí. ¿Pero en qué siglo vivía este imbécil, que trataba a la servidumbre como simples sacos de patatas a su antojo? Cuando Valiant recuperase el trono tenían que hablar de cambiar unas cuantas cosas en el castillo.


Llegó extenuada al dormitorio, donde la esperaba April muy preocupada. Se pusieron al día sobre lo que habían estado haciendo, pero no hubo muchos avances por parte de las dos en saber dónde estaba Valiant. El tiempo se les estaba echando encima, sólo quedaban cinco días para el espectáculo que Wolfgang tenía preparado para hacer el ataque. Aunque estaba segura de que no podría dormir por los nervios, cayó en el sueño sin previo aviso por lo cansada que estaba.
La mañana llegó rápidamente, o eso le pareció a ella. Se apresuró a desayunar para estar a tiempo de llevarle el desayuno a Nínice. La muchacha estaba ya esperándole despierta y ansiosa por seguir con la conversación por donde la habían dejado. Giselle estuvo con ella una hora, pues había sido avisada de que después debía ir a los aposentos de Isobel para continuar con el retrato.
Isobel la estaba esperando ya vestida con el vestido que utilizaban para el lienzo y el diván estaba ya colocado en el centro de la habitación. Antes que nada le preguntó por cómo había sido su encuentro con su hermana.


-Al principio fue muy arisca, pero después de un poco de conversación por mi parte conseguí que cambiara. Es una muchacha con mucha vitalidad y llena de ideas maravillosas.


Isobel se volvió hacia el ventanal como si estuviese mirando tristemente a través de él hacia un punto lejano- Mi hermana era así conmigo hasta que me casé con Oliver. Creo que mi unión afectó a nuestro vínculo como hermanas, se sintió engañada. Pero no la culpo, yo también me siento así.


Las sinceras palabras de Isobel la cogieron desprevenida- Mi señora, no os entiendo.


Isobel se alejó del ventanal y se acercó hasta ella. Dos lágrimas en sus ojos estaban a punto de resbalarse- Sé que no debería decirte nada, pero no tengo a nadie en quién apoyarme y como eres nueva aquí no tendrás una idea hecha de mí, quizás lo que hayas sentido por ahí entre los sirvientes. La forma en que ayer saliste de aquí al ver a Oliver me mostró que tú no serías capaz de decir nada, le temes. Ven por favor.- Tendió la mano hacia ella para que se acercase y se sentara al lado de ella en el diván. Giselle dejó los pinceles en su sitio y sacó un pequeño objeto de un bolsillo de su vestido y lo colocó debajo del trapo que usaba para limpiarse y fue hasta ella. Se limpió las lágrimas con el pulgar y luego la miró.- Necesito a alguien con quien desahogarme de mis angustias. Creo que hice algo que no debía y estoy pagando por ello. No me digas nada hasta que haya acabado, te lo ruego. Tú me hiciste ayer recordar mi pasado y he estado toda la noche pensando en ello. Yo estoy enamorada de mi marido desde siempre. Cuando era una adolescente me encantaba que Oliver viniera a meterse conmigo porque así tenía la oportunidad de estar más cerca de él. No fue hasta hace un tiempo que me dijo que estaba interesado en mí y yo me pasaba el día entero entre las nubes, soñando con el día que me casaría, con los niños cantado en mi boda y toda nuestra gente alrededor celebrando nuestra unión. Pero con todo lo que pasó ni siquiera he tenido eso. Oliver siempre hablaba de que Valiant no estaba interesado en el trono y que mi padre todavía no había decidido si sería mi hermano o él el que reinaría y me hacía soñar cómo serían las cosas si nosotros fuéramos los soberanos, gobernando justamente sobre nuestra gente. Desde que nos casamos su actitud hacia mí ha cambiado bastante, sobre todo desde que tiene retenido a Valiant. Ni siquiera me deja que hable con él y me explique que pasó en realidad.


Giselle la interrumpió de todos modos, sintió el empuje de que debía preguntar para que ella continuase relatándole, conforme Isobel hablaba, a ella le parecía que Isobel casi también había sido víctima en todo esto.- Quizás sean los cambios que han ocurrido lo que lo tienen en esa actitud. A lo mejor necesita tiempo para adaptarse a la nueva situación como monarca.


-Desde que tiene asegurado a Valiant en una celda ni siquiera dormimos juntos-Isobel se enrojeció al hablarle de sus intimidades.- ¿No lo entiendes?- Giselle negó con la cabeza- Creo que me ha estado utilizando para llegar al poder. Se comporta con todo el mundo como un déspota y desde que una vez le recriminé su forma de hacer las cosas ha dejado de contármelo todo. Me ha hecho dudar de que mi hermano haya matado a mi padre. Creo que él ha tenido que ver con eso.


Giselle trató de mostrarse neutral- Por lo que tengo entendido, Oliver estaba contigo cuando pasó.


-No exactamente. Estuvo conmigo hasta que un guardia le llamó para un problema entre la élite. Volvió al cabo de media hora y me contó lo que había ocurrido con los guardias. Se quedó el resto de la noche, fantaseando como siempre sobre nuestro futuro reinado si mi padre lo hubiese escogido y diciéndome lo mal que lo iba a hacer Valiant. Por la mañana fui a llevarle el desayuno a mi padre y lo encontré tirado en el suelo, con un puñal que pertenece a mi hermano clavado. Oliver llegó a mis gritos y me atrajo hacia él, diciéndome que debía de ser mi hermano el que lo apuñalara ya que el puñal es suyo. Me dijo que seguramente lo había matado para ser rey antes ya que sabíamos quien iba a ser el sucesor.- Isobel no pudo aguantar las lágrimas- Creo que me he equivocado y ni siquiera soy capaz de ir hasta la tumba de mi padre y pedirle perdón.


Giselle se quedó de piedra, por fin sabía lo que había ocurrido y no sabía que decir. Abrazó a Isobel y la dejó que se desahogase hasta agotar el llanto. Le dio mucha pena por ella, pero tenía que encontrar la forma de llegar hasta Valiant como fuese.- Siento todo lo que te ha pasado, pero todavía puedes arreglar parte de esto- Isobel la miró con ojos desconcertados- tenemos que encontrar la forma de llegar hasta tu hermano y sacarlo de allí. Debe saber que tú no tienes la culpa y de que Oliver te ha utilizado.


-Mi hermano está en el área norte del castillo, en las celdas que hay tras las habitaciones de la guardia de Élite, es imposible llegar allí sin que nadie se entere.


-Buscaré la forma, te lo prometo. Y tu hermano te perdonará.

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