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jueves, 15 de abril de 2010

Le Theatre des Vampires capítulo 18

Capitulo 18

Mamá lucía esplendorosamente bien. Aunque seguía aparentando ser una mujer llegada a la madurez, las pequeñas arrugas que bordeaban su rostro se habían afinado tanto que casi pasaban desapercibidas por completo. Tenías que saber que las ha tenido y estar fijándote un buen rato para notarlas. Sus labios estaban más carnosos y su tez más pálida.
-Katherine, me alegro de que por fin lo entiendas. Esto es maravilloso, no puedo encontrar las palabras correctas para describírtelo, tienes que sentirlo por ti misma para entenderlo.
-Mamá, ¿se puede saber que es lo que has hecho?- la situación me estaba llevando a actuar como si yo fuese la madre y ella la hija que ha hecho algo malo.
Mamá borró la sonrisa de sus labios. Miró hacia Antoine, estaba justo detrás de ella rodeándole la cintura con un brazo. – Antoine, creo que ella no se lo está tomando muy bien.
-Mon amour, dale tiempo de asimilarlo, recién supo de nosotros. Intenté explicarle en sueños para que fuese aceptándonos, pero siempre ocurría algo que la hacia despertarse antes de que le pudiese decir todo.
-Espera Antoine…- dije mientras recopilaba los datos que estaba recibiendo. Di un par de pasos cavilando y lo miré con ojos muy abiertos- ¡Eras tú el que se metía en mis sueños! ¿Qué demonios hacías ahí metido? Los sueños son algo muy personal y te hiciste pasar por Dominique ¿Qué querías, lavarme el cerebro? ¡Eres un jodido cabrón que se aprovecha de mis sentimientos para querer manipularme!
Dominique se posicionó a mi lado. Estaba todavía sentado en el borde de la cama y en un parpadeo, estaba junto a mí. Lo miré cuando sentí una pequeña ráfaga de aire acariciándome el lado derecho de mi cara. Estaba furioso, por primera vez le vi enseñando colmillos y unos ojos rojos como brasas encendidas. Le siseó a Antoine muy bruscamente.
-¿Quién te ha dado permiso para hacer tal cosa? ¿Acaso me he entrometido yo en tu relación con Marion? Ten por seguro de que cuando venga el Consejo le comentaré lo que has hecho y te castigarán debidamente.
Aunque me imaginaba que tanta salida de mamá con Antoine significaba que se gustaban, no me cabía en la cabeza que hubiese estado manipulándola para convertirla en lo que él era. Mamá estaba con las lagrimas a punto de salirle de los ojos y miraba hacia Dominique buscando que no tratase de discutir.
-Dominique,- dijo Antoine acercándose un poco más con mamá- has estado posponiendo mucho tu deber de explicarle todo lo que está pasando. En mi opinión, lo has hecho al revés. Podías haber actuado según se te indicó y luego, enamorarte y enamorarla, o lo que sea que tengáis.
-Pues bien, si tanto querías que lo hiciese no teníais que haber venido hasta aquí. Trataba de explicarle sobre nosotros y sentí vuestra presencia tras la puerta. Tuve que detenerme en cuanto entrasteis sin ni siquiera llamar para poder hacerlo.
Dominique se giró hacia mí, ya no tenía esa fiera mirada roja que tanto me había impresionado y sus colmillos estaban retraídos. Volvía a ser el chico dulce y amable de siempre. El chico que tanto me había gustado.
-Kat, ven conmigo. Te llevaré a un sitio donde no podamos ser molestados y contestaré a todas tus preguntas, si las tienes. Necesito terminar de contarte lo que te estaba diciendo.
Sin más me cogió de la mano y me condujo fuera de su habitación, no sin antes dedicarle una mirada severa a Antoine para que nos dejase pasar. Cuando pasé por delante de mamá, ella levantó levemente la mano y me miraba acongojada, como si tratara de consolarme como cuando era pequeña y sufría por algo. Yo ni siquiera la miré, casi no reconocía esta nueva actitud de mi madre, ella nunca hubiese creído en que de verdad existieran los seres sobrenaturales.
Bajamos por la gran escalera sin decir nada hasta que llegamos a la primera planta. Tara, Roger y Jake estaban viendo una escena desde el umbral de una puerta. Paré a Dominique y le dije que quería decirles a Tara y los demás que me marchaba con él. Aunque mi corazón confiaba en él, mi cerebro me decía que tomase alguna precaución por si las cosas se torcían. Nos acercamos hasta ellos y le hablé a Tara al oído. Cuando levanté la cabeza para girarme de nuevo, vislumbré a Veronique. Estaba metida en su papel de marquesa de Montignac, dando órdenes a diestro y siniestro y tomando a un espectador para morderlo. Ella no tuvo reparos en cogerlo del cuello y exponerlo para un buen mordisco, no sin antes dedicarme una mirada y una sonrisa perversa. Estaba claro que con ella las cosas no iban a marchar muy bien, no me terminaba de gustar su arrogancia y su gran petulancia de mujer sabelotodo que hace y deshace a su antojo porque está de vuelta de todo.
Seguimos nuestro camino hasta la planta baja y Dominique sacó del guardarropa una gruesa capa negra con capucha para que me la pusiera al salir al fresco. Al pasar junto a Jean Luc en la salida se detuvo. Jean Luc estaba sujetándole levemente del brazo.
-Dominique, ¿Dónde vais? Ya casi es el momento de tu actuación. Ahora no podéis marchar.
-Luc, hazme el favor y ocupa mi lugar. Pídele a Gastón que te reemplace en la entrada. Tengo algo muy urgente que hacer.
Jean Luc se quedó mirándole unos instantes sin hablar. Luego de más o menos entender que algo pasaba, habló.
- Está bien, yo haré de sobrino del marques, pero me deberás una. Yo no lo represento tan bien como tú, y cuando en otro pase estés tú y empiecen los comentarios comparándonos, mi ego se va a sentir muy mal. Tendré que pensar en la forma en que me compensarás para que me recupere.
Dominique le sonrió asintiendo, prometiéndole que en cuanto pudiese trataría de volver y me llevó hasta su S5. Me abrió cortésmente la puerta y estaba yo terminando de arreglar la falda del disfraz al sentarme cuando al levantar la cabeza lo vi ya sentado en el lugar del conductor.
Solté un pequeño grito ahogado y me llevé la mano al corazón.- ¡Por Dios, Dominique! Vale ya que sepa que eres un vampiro, pero por favor, no trates de asustarme apareciendo de repente. Me va a dar un ataque al corazón.
-Lo siento. Simplemente es que me siento ya tan cómodo de poder moverme como normalmente hago cuando no estás, que ahora que puedo hacerlo ante ti me sale solo. Procuraré no repetirlo hasta que te hayas acostumbrado.
Estaba hasta las narices de que todo el mundo se metiera en mi vida y la pusiese patas arriba. No pude evitar decirle algo desagradable.- El que ya lo sepa no supone que lo tenga asimilado o que haya decidido que es tan guay que me voy a unir a vuestro clan así como así. Mi vida es una mierda desde que en casa empezaron los problemas y mi madre decidió que nos mudáramos, pero es mi vida y está bien tal como está.
Lo miré por el rabillo del ojo y me sentí culpable cuando su rostro cambió a uno de decepción. No dijo nada, arrancó el coche y salimos a velocidades extremas del aparcamiento.

1 comentario:

  1. hummm Maika que te pasa no puedes hacer esto, por favor ya termina de explicar, mira que ya me he me buscado mi arbol familiar y ahora quiero saber que tengo que hacer
    besos wapa

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