Capitulo 13
El martes llegó sin noticias de que Connor hubiese denunciado y por fin Giselle comenzó a relajarse.
Cuando fueron a la exposición fueron presentados a Leo, que no se tomó bien que Giselle hubiese encontrado pareja, pero no se atrevió a decir nada para no fastidiar la velada.
Valiant disfrutó contemplando los miles de paisajes plasmados en óleos, y se quedó ensimismado con una pintura que se parecía bastante a su amado castillo y su anhelado bosque. Eso le hizo recordar que tenía que buscar la manera de volver a casa para desenmascarar a los asesinos de su padre y traer la paz al reino.
Unas cuantas veces se escabulló junto a Savage para volver a donde se encontraba el lugar por donde accedieron a este lado del bosque sin lograr traspasarlo, lo que le enfureció bastante. Tenia que encontrar la manera de volver como sea.
Los días fueron pasando y para intentar ocupar su mente en algo más agradable, se dedicó a hacer reparaciones.
Miró al calendario. Hoy cumplían ya un ciclo lunar completo allí. La casa estaba reparada al completo, Valiant y Savage habían hecho un trabajo excelente con todos los desperfectos y April les había conseguido un trabajo temporal como guardas de seguridad en el centro comercial. Ese día era su día libre y decidieron salir los cuatro a cenar.
Cenaron en “Casa di Marco”, un restaurante italiano de excelente reputación por lo esmerado que era en la presentación y calidad de sus platos, y favorito de April desde hacía mucho.
Tomaron tiramisú como postre por recomendación del chef.
April estaba sacando su monedero para pagar cuando sintieron a una mujer dar un grito ahogado. La mujer estaba cenando junto a su marido en una de las mesas de la terraza, la más cercana a los hermosos jardines que la bordeaban.
Toda la gente que estaba en el comedor en ese momento se levantó para ver lo que estaba asustando a la mujer, que se había echado hacia atrás en su silla mientras su marido la abanicaba.
Ya mosqueados por saber, Valiant y Savage acompañaron a las dos mujeres fuera.
Al final del jardín había una fuente enorme sobre la que se dibujaba una silueta de hombre. Estaba tumbado, desnudo, con medio cuerpo sobre el borde de la fuente y bebiendo agua ansiosamente, como si hubiese estado mucho tiempo privado de ella.
El hombre se veía fornido, muy musculoso, con largo cabello castaño recogido por detrás con una tira de cuero.
Valiant se quedó mirando fijamente con su vista lobuna. Le resultaba muy familiar la figura de ese hombre y maldijo por no poder verle el rostro.
Como si hubiese podido sentir su juramento dicho a modo de susurro, el hombre levantó la cabeza, mirando hacia donde se encontraban ellos con unos ojos muy expresivos y sorprendidos. Los abrió más todavía cuando reconoció a Valiant y Savage.
Valiant fue apresurándose hasta donde estaba el hombre. Él también lo había reconocido, era Optimus, con un aspecto cansado y algo ojeroso.
Pegó un fuerte tirón del mantel de la última mesa vacía y tapó todo lo que pudo del cuerpo de Optimus mientras pedía a Giselle que acercase el coche a la puerta de entrada.
Los dos jóvenes siguieron a Valiant, que llevaba a Optimus en brazos, hasta el coche de Giselle. Le ayudaron a ponerlo tumbado en el coche y corrieron a buscar el coche de April para seguirlos hasta la casa.
Cuando llegaron a la casa Giselle se apresuró para abrirle la puerta a Valiant. Lo llevó hasta su cama y Valiant lo posó suavemente. Optimus se había desmayado y tenía un montón de heridas y mordiscos por el pecho y el cuello, unos más recientes y otros manchados con sangre seca, hechos hace unos días.
-¿Quién es, Valiant? Se nota que te preocupa mucho.
-Se llama Optimus.- Dijo mientras se acercaba a la cama y se sentó al lado de él, tomando su mano para acomodarla bajo las sábanas-Ha sido mi tutor desde que yo era pequeño y me enseñó todo lo que sé hacer. Tuve que huir de mi hogar cuando mi primo Oliver me acusó de matar a mi padre y él me ayudó a escapar. Si me hubiese quedado allí me habrían hecho preso y ejecutado después.
-Entonces le debes mucho, ¿verdad?
-Más de lo que te imaginas.
Valiant se acercó hasta Giselle y la cogió suavemente de la cintura- Vámonos, dejémosle descansar. Mañana nos explicará cómo ha llegado hasta aquí. Le diré a Savage que duerma en casa de April y yo me quedaré esta noche en la otra cama al lado de él por si me necesita.
Optimus se despertó casi al mediodía, justo cuando Giselle entró para dejarle ropa preparada sobre una silla.
-¿Quién eres tú?- preguntó en el antiguo idioma que habían usado los dos jóvenes cuando llegaron a su casa.
Giselle meditó para poder escoger bien las palabras- Soy una amiga de Valiant. Lo llamaré para que hable contigo mientras te preparo algo de desayuno.
Llamó a Valiant, había pedido un día libre por asuntos personales y estaba en el jardín, dando vueltas constantemente como si fuera un animal encerrado y buscase la manera de escapar.
Enseguida fue hasta él, le ayudó a levantarse de la cama y lo acercó hasta el baño para que pudiese asearse.
-¿Cómo llegaste hasta aquí?- dijo a través de la cortina de la ducha.
-Supongo que por el mismo sitio que tú usaste para venir, por una cueva en la que caí cuando corría. Como sé que me vas a preguntar por qué corría te diré que tu primo Oliver y tu hermana Isobel se han casado y están mangoneando el castillo y a todos los que hay dentro.
-Suponía que pasaría algo así. ¿Qué tiene que ver eso con que fueses hasta la cueva?
-Pidieron que todos pronunciasen un juramento de lealtad hacia ellos y me negué, alegando que primero debíamos de encontrar al asesino de tu padre para que descansase en paz y que luego veríamos a quien había que jurar lealtad.
-No tenías que haberme defendido, podrían haberte matado.
Optimus salió de la ducha, cogió una toalla y se acercó hasta él. Después del baño y de haber dormido, tenía mejor aspecto y color.
-¿Es que crees que igualmente no lo iba a hacer? Ya buscaría la manera de involucrarme en algo para eso.- Cogió la ropa para vestirse mientras continuó explicándole- El caso es que después de hablar con el general Wolfgang y de comprobar que seguía siéndote leal junto con un numeroso grupo de sus hombres, decidimos que debía ir a buscarte. Oliver se enteró de mi ausencia después de muchos días vagando por el bosque y mandó patrullas para cazarme, por eso estaba herido y hambriento, de mi último enfrentamiento con tres lobos y debil por tantos dias sin comer. Tú solo no podrás conseguir tu objetivo, nos necesitas, y Wolfgang y su tropa están dispuestos a aguantar las idioteces de tu primo hasta que regreses. Si hace falta llegar a crear una guerra, te apoyarán. La servidumbre está haciendo todo lo que piden Isobel y Oliver por miedo a represalias, pero si tú vuelves se nos unirán. Una palabra tuya y tendremos la más sangrienta batalla jamás vista.
-Nunca pondría a mi gente en peligro. Debemos encontrar la manera que haga que podamos desenmascararlos sin sangre de por medio.
Optimus se acercó hasta Valiant para darle cariñosos golpecitos en el hombro- Sabía que dirías algo así. En el fondo eres igual que tu padre, un rey sabio de pies a cabeza. Ahora lo más importante es volver y reunirnos con Wolfgang.
-Optimus, no es tan fácil. La cueva está fabricada con magia. Savage y yo hemos estado muchas veces de vuelta a la entrada y no sabemos activarla. Recuerdo el viento esa noche, la luna que alumbraba todo y unos minerales, pero no se como se activan.
-Yo también vi los minerales y la luna muy clara. No se me ocurre como pasó pero sé que de repente al avanzar estaba al otro lado del bosque.
Fueron hasta la cocina donde Savage ya los estaba esperando. Durante todo el tiempo que estuvieron hablando en la ducha, Giselle aprovechó para avisarlo de que viniese y preparar más comida.
Optimus le explicó lo que habían estado hablando, haciendo que Savage maldijese fuertemente y dejando a Giselle sorprendida por lo que estaba oyendo. Valiant un príncipe y magia en una cueva, pensó. No se lo podía creer.
Ella fue atando cabos sobre la conversación mirando hacia una pared para que no la notasen muy interesada. Probablemente a tres hombres entusiasmados en una rara conversación como esa podía no gustarles que una mujer se inmiscuyese. Pero algo en la pared atrajo su atención, el calendario donde había estado tachando los días desde que ellos llegaron.
Giselle se giró hacia ellos con cara de felicidad y un brillo especial en sus ojos. Tosió adrede para llamar la atención, y cuando todos los ojos estaban sobre ella, hizo el anuncio.
-Chicos, creo que se como abrir el portal mágico de la cueva.
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